¿DE DÓNDE SALE? De Canadá, de la ciudad de Edmonton, aunque posteriormente se mudó a Vancouver y luego se instaló en Montreal. Es, lo que se dice, un buen canadiense. Y como tal, se maneja a la perfección en las artes de crear música a solas, en la cálida intimidad del hogar, para alejarse del intenso frío característico del país de la hoja de arce. En ese ambiente daría sus primeros pasos artísticos bajo el nombre de Makeout Videotape, proyecto personal con el que dio forma a su estilo, que él mismo denominó ‘slacker rock’ (rock vago o flojo), término que también daba a entender la visión que tenía sobre los derechos y deberes de ser cantautor. Sin embargo, esa aparente pereza no le impediría convertir su marca individual en un grupo propiamente dicho, junto a otros dos componentes, y llamar la atención de algún que otro sello, como la de Unfamiliar Records. Pero ese sería sólo el paso previo a su regreso a la actividad en solitario, ya como Mac DeMarco, y a su despegue definitivo gracias a su fichaje por Captured Tracks y la salida del EP “Rock And Roll Nightclub” (Captured Tracks, 2012). La culminación de su peculiar manera de ver la vida y su trabajo llegaría con la edición del alabado “2” (Captured Tracks, 2012), disco que lo colocó en los oídos de muchos.
NOS TIENE TÓ LOCOS PORQUE… Aporta un nuevo sentido a lo que entendemos tradicionalmente por singer-songwriter: él se lo guisa, lo mastica y lo canta todo solito, pero lo muestra al mundo con un envoltorio que va de lo friki a lo desastrado, de lo terrenal a lo espacial, de lo lógico a lo psicodélico. Es decir, Mac DeMarco vendría a ser la versión actualizada de Jonathan Richman (el propio artista declaró que es su modelo a seguir), con todo lo que ello implica: fabricar melodías pop chatarreras y ultra-pegadizas (“Cooking Up Something Good”), observar al vecino cual extraterrestre de visita por el barrio (“Freaking Out The Neighborhood”), cantarle a una chica como si fuese la protagonista de “Algo Pasa con Mary” (“Annie”) o dedicar unas estrofas a los vicios confesables (“Ode To Viceroy”). Todo ello, además, pasado por un filtro lo-fi y doméstico que facilita que su repertorio más reciente enganche desde la primera escucha.
PREDICCIÓN DE FUTURO. Más que en el futuro de Mac DeMarco, hay que centrarse en su presente, ya que su LP “2” ha acaparado una buena cantidad de elogios desde su salida hace unos meses. En todo caso, lo que se espera del canadiense es que mantenga el listón compositivo tan alto como ahora los próximos años y más adelante, de la misma manera que lo hizo Richman trascendiendo épocas, modas y corrientes efímeras. Deseamos, si es posible, que algún día unan sus fuerzas maestro y discípulo para comprobar qué sale de tan apoteósica asociación.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Autonomía canadiense + Jonathan Richman + camisas de franela + pachorra vital = Mac DeMarco
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MIRA… “Ode To Viceroy”