Hay que fiarse de sellos como Captured Tracks… El último fichaje de esta discográfica es Donovan Blanc, que no es uno sino dos tipos muy adictos al lo-fi.
[dropcap]¿[/dropcap]DE DÓNDE SALEN? De dos coordenadas diferentes… Si triangulas las primeras coordenadas, te encontrarás con lo que se está encontrando todo el mundo: el sello que les ha fichado y que antes ya había encumbrado a otras bandas del calibre de Wild Nothing, Beach Fossils, Mac DeMarco, Holograms, The Soft Moon o Widowspeak. La discográfica en cuestión, como ya habrá podido intuir todo el mundo, es Captured Tracks, que siempre han demostrado una libertad absoluta e inquebrantable a la hora de ir definiendo su personalidad musical y que ahora apuestan fuerte por una banda que, de alguna forma u otra, suena como las mencionadas anteriormente pero también completamente diferente. La triangulación de las segundas coordenadas nos llevan hasta New Jersey, donde Joseph Black y Raymond Schwab se pasaron varios años intentando triunfar bajo el nombre de Honeydrum, formación que lanzó al mundo un total de nueve EPs compuestos y grabados en un sótano diminuto. Pero ya se sabe, el rollito Ave Fénix y renacer de las cenizas y esas cosas: Black y Schwab quemaron su anterior proyecto hasta los cimientos y decidieron montarse la paradeta bajo el nombre de Donovan Blanc. Unos meses después, ya tenían contrato con Captured Tracks y primer LP homónimo publicado. ¿El traje nuevo del emperador? Puede que sí, puede que no, pero quien sea capaz de escuchar «Donovan Blanc» (Captured Tracks, 2014) y no enamorarse hasta las trancas, es que no tiene corazón.
NOS TIENEN TÓ LOCOS PORQUE… Estos dos chicos vienen a ser algo así como el cierre integrado a la apertura apocalíptica, pansexual y amanerada de Ariel Pink. Lo que allá era dulce desorden aparece en «Donovan Blanc» como coherencia compositiva tendente a los ambiente lo-fi aletargados; lo que era allá afeminamiento es aquí delicadeza igualmente preñada de ambigüedad (sólo hay que ver esa portada tan travesti de su debut en largo). Pero que nadie piense que Donovan Blanc se están mirando en el espejo de Pink exclusivamente: se miran también en el psych-folk setentero, en el indie desganado de última generación, en el lo-fi como medio de vida y en el pop de duermevela. La mezcla es suficientemente única como para valerles un puesto en el podium de Captured Track y en el de todos esos corazones enganchados a la nostalgia más neblinosa. Que son legión.
PREDICCIÓN DE FUTURO. No pretendo engañar a nadie: Donovan Blanc no son la nueva Lady Gaga. Tampoco los nuevos Coldplay. No van a ser gigantescos ni a llenar estadios, pero es que esa tampoco es su intención. Lo más probable es que Black y Schwab sigan lanzando discos sin mayor pretensión que hacernos la vida un poquito más bonita. También puede que, pasados cuatro discos, ya nos hayamos cansado de su rollo tendente a lo monocorde. Pero, oye, por ahora, sus rollito está siendo mucho más que efectivo.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Ariel Pink + sutil rebaja de afeminamiento + Dev Hynes + orden de alejamiento del tropicalismo = Donovan Blanc
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ESCUCHA. «Donovan Blanc»