Si mezclas el baile con las lagrimillas, la bajuna con los loops y un toque de Anne Clark, el resultado es Caliza, nuestro nuevo WhatsHype!?
¿DE DONDE SALE? “Caliza es una chica de Madrid que hace canciones de vez en cuando.” Así empezaba la entrevista de Caliza para el Underzine 2 de Shookdown allá por el otoño de 2014, y no es necesario decir mucho más. Quede claro que esto no es una manera de desprestigiar la autoría del proyecto, sino tan sólo un modo corto y directo de decir que, aunque tras este proyecto esté la batería de Cosmen Adelaida aka Elisa Pérez, poco importa quién sea Caliza mientras Caliza exista.
Los más atentos quizás ya la conociesen desde hace un año, cuando la madrileña crea un Bandcamp al que sube cuatro temas -borrados, sin embargo, al cabo de un tiempo- que le valen una mención destacada en el Concurso de Maquetas Autoplacer 2014. Otros quizás tuviesen el primer contacto con su música el 1 de enero de 2015, cuando, entre jolgorio y frenesí de buenos propósitos y una incomprensible emoción que despierta siempre esta señalada fecha como si fuese un giro de 360° en la existencia humana de un día para otro, se planta ella con el “todo nace muerto, la muerte también termina / una nueva muerte en blanco, una nueva cada año / cualquier indicio de vida es una apuesta ya perdida” de “Apuesta”, tema que ya preanunció entonces elementos que acabaríamos encontrando finalmente en su LP: repeticiones tanto a nivel de contenido -la temática e incluso la estructura de las letras- como de forma -las bases construidas con loop de sintetizador sobre loop de sintetizador-.
21 de junio: wohooo, empieza el verano, ¡viva!, y Caliza edita su segundo adelanto, “Verano No”, canción que fue directa a encabezar nuestra playlist anti-verano. Hacia mitad de septiembre, todo madrileñoque se precie -y alguna que otra persona, quizá- ya estaba escuchando la sobrecogedora y en cierto modo épica “Madrid”, y el 30 de septiembre al fin se editaba el esperado álbum en el sello Discos Walden: “Medianoche/Mediodía”.
NOS TIENE TÓ LOCOS PORQUE… Primero de todo, y quizás debido a nuestra absoluta condición de patata minusválida en cuanto a creación musical se refiere, nos parece alucinante y muy meritorio que el disco entero esté compuesto sólo y exclusivamente por Elisa trasteando con GarageBand. Y es que Caliza no ha necesitado ningún tipo de virtuosismo compositivo más allá del ir sumando con buen criterio sonidos dados por la aplicación para sacar un disco que no sólo se coloca directamente entre los mejores del año, sino que de paso barre a muchos otros que se enredan en destrezas musicales en pos del falso axioma de «complicado igual a mejor».
Caliza nos hace bailar y llorar al mismo tiempo, un poco como The Magnetic Fields en “Too Drunk To Dream” o Pulp en “Death II”.
Además, Caliza consigue en “Medianoche/Mediodía” retratar el hastío, el estar sumido en un bucle vital del que parece imposible escapar (sirvan como ejemplos “¿No ves que mañana todo volverá a ser igual que ayer y siempre jamás?” de “Tope Industrial”, “Verano No” en su totalidad y “siempre atenta, siempre paciente, pendiente de una despedida / que no llega y aplaza por siempre la hora definitiva” de “Otra Vida”) mediante unas canciones estructuradas también en bucles melódicos. Y sin por ello hacer un coñazo de disco, he aquí el mérito. De hecho, y quizás por su sonido en cierto modo hipnótico, los doce cortes saben a poco y desafiamos a cualquiera a no volverse a poner el álbum una vez terminado una y otra y otra vez.
Por último, y esto casi que es más una especie de filia musical personal que otra cosa, Caliza nos hace bailar y llorar al mismo tiempo. En “Medianoche/Mediodía”, el suficiente puchismo por un lado (es posible que “Ojalá” o “Ya Veremos” os hayan removido un corazón que no sabíais ni que teníais) y, por otro, el toque rítmico suficiente para descubrirte a mitad canción tapeando como mínimo el pie, se equilibran para que dos cosas tan dispares como ponerse triste y sentirse empujado a moverse se junten a la perfección. Un poco -y cada uno a su particular manera- como The Magnetic Fields en “Too Drunk To Dream”, The Radio Dept. en “It Looked Like Heaven (But Feels Like Hell)” o Pulp en “Death II”, si sirve de algo citar ejemplos para entender mejor el concepto de “bailar llorando”.
PREDICCIÓN DE FUTURO. No necesitamos ponernos un turbante en la cabeza, consultar los posos del té o preguntarle a Esperanza Gracia para saber con toda certeza que -al menos en lo que queda de año y todo el siguiente- vamos a escuchar hablar de Caliza y tener la oportunidad de verla en directo más de una vez. Sin ir más lejos, el Museo Geominero de Madrid acogerá mañana 23 de octubre la presentación oficial del disco en una velada que promete hacer bailar -y llorar, ojo, jamás olvidemos el componente cebolla de “Medianoche/Mediodía”- hasta a los silicatos más fríos y a los fósiles más aburridos. No desesperarse quién no se encuentre en la capital este fin de semana, que el 6 de noviembre la madrileña llevará su discazo hasta Barcelona acompañada de Internet 2 y J.C.C.; y dos semanas después podremos volver a verla por Madrid, en esta ocasión en horario nocturno y junto a Las Bistecs y Meneo.
Considerando que algunas de las canciones que finalmente han conformado “Medianoche/Mediodía” -como, por ejemplo, “Ya Veremos”- estaban terminadas desde hace como tres años y que el disco acaba de salir ahora, puede que para el segundo trabajo de Caliza el resto de la humanidad se haya extinguido y sólo queden en pie ella y Jordi Hurtado. O que no vuelva a sacar otro disco. O sí. Todo depende, obviamente, de Elisa. Pero desde aquí nuestro humilde consejo es que aprovechéis para amar la perla que es Caliza desde ya todo cuanto podáis.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Baile + Anne Clark + bajona + loops = Caliza. (No, no vamos a poner Molly Nilsson, que ya bastante se ha leído por ahí la comparación. Y sí… pero no.)
MÁS EN… su Bandcamp y su Facebook.
ESCUCHA. “Ultrasur” (una curiosa versión de “Sweet And Tender Hooligan” de The Smiths, por cierto)