Usamos nuestra sección WhatsHype!? para analizar conjuntamente el ascenso de Bully y Girlpool, dos bandas que comparten la nostalgia indie-rock de los 90.
¿DE DÓNDE SALEN? De Estados Unidos. En concreto, Bully, de Nashville. Y Girlpool, de Los Ángeles. ¿Y por qué juntamos a estas dos bandas en un mismo espacio de esta sección? Primero, porque son dos de las referencias más pujantes del actual rock alternativo norteamericano. Y, segundo, porque ambas rebosan poderío femenino por sus cuatro costados. En el caso de Bully, su lideresa y fundadora, Alicia Bognanno, comanda con firmeza un cuarteto completado por Clayton Parker (guitarra), Reece Lazarus (bajo) y Stewart Copeland (batería) que bebe del grunge y el punk-pop surgidos en los 90 y que comenzó su andadura en 2013, después de que Bognanno trabajara como ingeniera de sonido en prácticas en el estudio Electrical Audio de Steve Albini en Chicago y luego se trasladara a Nashville, donde se unió al grupo King Arthur para abandonarlo posteriormente y registrar sus primeras composiciones a solas. A partir de ahí germinaría la semilla que dio como fruto a Bully.
Por su parte, Girlpool son Cleo Tucker (voz y guitarra) y Harmony Tividad (voz y bajo), a las cuales no les hace falta batería para ejecutar un rock lo-fi de pátina garagera (en todos los sentidos) que, para que se hagan una idea, recuerda en ciertos aspectos al estilo (aunque a menos revoluciones) de las primeras Hinds, cuando aún se llamaban Deers. Tras generar una aceptable atención con su EP “Girlpool” (aparecido en 2014 y reeditado por Wichita a finales de ese año), han publicado su LP de debut, “Before The World Was Big” (Wichita, 2015), este verano recién finalizado. Misma época en la que ha visto la luz el primer largo de Bully, “Feels Like” (Columbia, 2015), que también culminó una evolución discográfica que empezó en un cassette autoeditado, pasó por un single de presentación oficial (“Milkman”) y progresó hacia un EP (“Bully”).
Bully y Girlpool exhiben dos atractivas aunque diametralmente opuestas caras del nuevo indie-rock yanqui que se relacionan con la nostalgia noventera.
NOS TIENEN TÓ LOCOS PORQUE… Bully y Girlpool exhiben dos atractivas aunque diametralmente opuestas caras del nuevo indie-rock yanqui que, de una manera más y menos directa, se relacionan con la nostalgia noventera. Materia que la banda de Alice Bognanno regurgita en forma de balazos eléctricos que hubieran disparado los mismos Superchunk o Dinosaur Jr. (“Reason”, “Brainfreeze”) mientras ella, implacable ante el micrófono, modula su voz (similar a la de Gwen Stefani más de los deseable…) según convenga para llevarla al límite o exprimir su jugo más meloso (“Trying”). Frente a tal derroche de energía, Girlpool se decantan por manejar una plantilla sonora más básica, si se prefiere minimalista, pero que no carece de nervio (su pseudo-hit “Before The World Was Big”, “Crowded Stranger”) ni pegada melódica, gracias al perfecto empaste de las voces de Cleo y Harmony (“Cherry Picking”, “Emily”).
PREDICCIÓN DE FUTURO. Los positivos comentarios vertidos sobre “Feels Like” aseguran a Bully un brillante presente. Sin embargo, a medio plazo deberían dar el gran salto hacia adelante para diferenciarse en un subgénero, el punk-grunge-pop, superpoblado y muchas veces demasiado fiel a sus influencias. El carisma y la sapiencia musical de Alice Bognanno pueden facilitarles la tarea. La ventaja de Girlpool, en cambio, reside en su propia concepción, austera pero distintiva, que permite al dúo crear un universo propio en consonancia con su condición de rara avis de la escena independiente estadounidense y al que auguramos, como ya hicimos un año atrás, una trayectoria ascendente.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Grunge-punk-pop + carismática lideresa + nostalgia noventera + chorreo eléctrico = Bully / Austeridad sonora + voces armónicas + baja fidelidad + acentuada identidad = Girlpool
MÁS EN… la web y el Bandcamp de Bully y en la web y el Tumblr de Girlpool.
MIRA… “Trying” de Bully y “Before The World Was Big” de Girlpool