Su versión de «For Free» de Joni Mitchell junto a Lana Del Rey nos da pie para hacer un repaso a todas las colaboraciones musicales de Weyes Blood.
El pasado 19 de marzo, Lana del Rey publicaba su nuevo disco, “Chemtrails Over The Country Club” (Polydor / Interscope, 2021). Pero este artículo no va a reseñar ni a analizar el séptimo trabajo de la californiana… Simplemente, apretaremos el botón de forward para saltar sus canciones de una en una y llegar hasta el cierre del álbum, “For Fee”, relectura de la pieza original de Joni Mitchell. Esta es la versión de estudio de la versión que Lana realizó hace casi dos años en directo acompañada de un par de estupendas voces: la de Zella Day y la de la protagonista de este texto, Weyes Blood.
Entre las tres, rindieron tributo a la cantautora canadiense situándose con honor a su legendaria altura, aunque fue el nombre artístico de Natalie Mering el que salió catapultado del improvisado trío. Después de aquella actuación, un público que antes no se había fijado en su música empezó a descubrir sus maravillosas cuerdas vocales y su deslumbrante discografía. Por fin, Weyes Blood parecía abandonar el aura de culto que la rodeaba dentro de la esfera alternativa a pesar del bombazo que había supuesto su último LP hasta la fecha, “Titanic Rising” (Sub Pop, 2019).
Al mismo tiempo, la alianza entre ella, Lana y Zella constató el nivel de adaptación de Natalie, capaz de empastar su voz con otras de diverso pelaje e introducirse en composiciones ajenas hasta hacerlas prácticamente suyas en varios casos. De este modo, Weyes Blood ha demostrado en una buena ristra de variopintas colaboraciones -que repasaremos a continuación en orden cronológico inverso- porque, impulsada por su rutilante trayectoria individual, es una de las mujeres fundamentales del pop independiente contemporáneo. En su voz se encuentra el sentido de la vida, es la luz que guía hacia el paraíso perdido.
HOLOCENE, con Zella Day. Su unión sobre el escenario con Lana del Rey para interpretar “For Free” propició que Zella Day y Natalie Mering conectasen de manera simbiótica (como se comprueba en su videoclip) en este tema que podría perfectamente pertenecer a cualquier disco de Weyes Blood. Ambas parecen estar hechas la una para la otra en un derroche de sensibilidad vocal y dulzura melódica que justifica el uso del adjetivo ‘celestial’ sin que resulte un cliché. Este dúo cuasi mágico debería seguir explorando en el futuro el camino abierto en “Holocene”.
OH HOW WE DRIFT AWAY, con Tim Heidecker. Después de realizar una versión conjunta de “Let It Be” de The Beatles con fines solidarios, el músico y comediante Tim Heidecker y Weyes Blood vieron con buenos ojos prolongar esa colaboración. Así entró Mering en “Fear Of Death” (Spacebomb, 2020), último álbum de Heidecker para el cual ayudó a componer dos canciones: “Nothing” y “Oh How We Drift Away”, otro sublime ejemplo de pop orquestal que llega al alma y que, otra vez, Mering podía haberse reservado sin problema para publicarlo a título personal.
MY GOD, con The Killers. Weyes Blood sabe muy bien con quien establecer lazos artísticos para alcanzar una nueva audiencia… ¿O es al revés? ¿Son otros los que la buscan para engrandecer sus temas y ganar prestigio? Esto es lo que sucede en “My God”, perteneciente a “Imploding The Mirage” (Island, 2020), el disco de resurrección de The Killers. La épica inherente de la canción se eleva por obra y gracia de los coros bigger tan life de Mering.
SUDDENLY, con Drugdealer. El ecosistema musical californiano donde se mueve, una especie de Laurel Canyon 3.0, ha facilitado que Weyes Blood colaborara intensamente con algunos de sus miembros. Como Michael Collins, líder de Drugdealer. Para su LP “Raw Honey” (Mexican Summer, 2019), Natalie cantó “Honey”; y, tres años antes, había hecho lo propio en el disco “The End Of Comedy” (Weird World, 2016), en el corte titular y en “Suddenly”, reluciente joya de soft-pop setentero.
TEARS ON FIRE, con Ariel Pink. El otro personaje con el que Weyes Blood entabló una fructífera relación profesional fue Ariel Pink, con el que publicó el EP “Myths 002” (Mexican Summer, 2017), una pequeña obra rellena de enormes canciones de pop psicodélico y espectral. Eso sí, debido a la polémica presencia de Pink en el discurso de Donald Trump previo al asalto al Congreso estadounidense el pasado 6 de enero y su posterior defenestración, ahora mismo resulta imposible escuchar en streaming el EP y ver online en su versión oficial el estrambótico clip de la cumbre de la coalición Mering–Rosenberg, “Tears On Fire”.
SIDES, con Perfume Genius. Quizá sólo los fans de Perfume Genius recuerden que Weyes Blood aparece en su álbum “No Shape” (Matador, 2017) por partida doble: en “Braid” y en «Sides”, aportando voz y coros para reforzar el halo ya de por sí dramático y afectado de las composiciones de Mike Hadreas.
FRIEND OF LINDY MORRISON, con Kirin J. Callinan. Kirin J. Callinan es un cantautor australiano de pose algo histriónica y excéntrica para cuyo segundo disco, “Bravado” (Terrible Records, 2017), confeccionó una lustrosa lista de invitados. Entre ellos se encontraba Weyes Blood, que daba el contrapunto a la grave y teatralizada voz de Callinan en “Friend Of Lindy Morrison”.
PAINS OF GLASS, con Olden Yolk. Antes de que Weyes Blood saltara al pop barroco en “Front Row Seat To Earth” (Mexican Summer, 2016), había cultivado un folk de aroma clásico y ensoñador que se relacionaba de forma recurrente con Joan Baez, Karen Carpenter o la mencionada Joni Mitchell. De aquella época es su participación en “Pains Of Glass”, buena muestra del folk abstracto lo-fi del dúo neoyorquino Olden Yolk.
THE CHAT, con Mild High Club. Alexander Brettin fundó Mild High Club con el propósito de zambullirse en el pop psicodélico que también practicaban colegas de gremio como Jorge Elbrecht o Ariel Pink. Por eso no fue extraño que este último interviniera en “The Chat” -incluida en el LP “Timeline” (Circle Star, 2015)- junto a su amiga Weyes Blood, tándem que envolvió en brillante papel de celofán un tema de melodía redonda y tornasolada.
EARLY BIRDS OF BABYLON, con Ariel Pink’s Haunted Graffiti. He aquí la primera colaboración oficial entre Ariel Pink y Natalie Mering, cuando ella aún era una desconocida que intentaba abrirse paso desde sus inicios en el ruidismo experimental y el indie-folk a cualquier género en el que pudiese encajar. En este caso, penetra en el pop de ultratumba de “Early Birds Of Babylon” doblando la voz de Pink en segundo plano.
WHERE, con Raw Thrills. Raw Thrills es el proyecto musical del hermano de Natalie, Zack Mering. Juntos, bajo la denominación Band Substance, se le escucha en “If You Leave Him”, que parece sacada de las catacumbas del pop lisérgico underground. A su lado se hallaría “Where”, en la que solo canta Natalie en medio de una atmósfera de fidelidad bajísima. A partir de aquí, si hacemos el recorrido en sentido contrario, es sencillo perfilar la constante progresión de Weyes Blood desde hace una década hasta alcanzar el estatus del que puede presumir hoy en día.