Esto sí que ha sido una sorpresa: ¿DVEIN entregando un cortometraje de imagen (totalmente) real, una pieza ambiental sublime pero sin ninguno de los alardes de imagen sintética a la que nos tienen acostumbrados? Aunque, ahora que lo pensamos, a lo mejor todavía no estáis familiarizados con DVEIN, así que permitidnos una introducción para todos aquellos que todavía no conozcan su trabajo: este estudio barcelonés se ha labrado una carrera en los últimos años a base de un trabajo -muy- duro con firmas tan exigentes como Diesel, Canal+, MTV, National Geographic, Nokia o Converse, pero también han realizado piezas (de animación en 3D o en imagen real) tan memorables como los créditos de apertura del film «Eva» de Kike Maíllo. Palabras mayores, sí señor. Y lo mejor de todo es que, cuando les sobra tiempo, se salen por la tangente con genialidades como el videoclip «Magma» del grupo -fake- The Vein (puedes verlo aquí) o como este «We Wander» que nos ocupa.
Es esta una pieza de tan solo cuatro minutos en la que no hay ni una animación: en «We Wander» vas a encontrar simple y llanamente una concatenación de imágenes que no persiguen ningún tipo de finalidad narrativa ni argumental, pero que consiguen construir una ambientación hipnótica por la que es difícil no dejarse atrapar y arrastras hacia su terreno repleto de sombras (y gozos). A medio camino entre la anti-narratividad oriental y el neo-ruralismo europeo, aquí hay todo un conjunto de animales que se amparan en la oscuridad… hasta que sale el sol. Todo acompañado por una banda sonora inquietante que refuerza el poderoso mood de peligro en ciernes y que completa un corto que bien podría mirar de frente a las divagaciones digresivas de ese Apichatpong Weerasethakul al que tanto le gusta explorar la naturaleza más atávica (como en «Syndromes and a Century» o en algunos pasajes de «Tropical Malady«). DVEIN demuestran una capacidad sorprendente para jugar con la imagen y el sonido como texturas que envuelven como una toalla mojada o como una bufanda de cálida lana gruesa, dependiendo del momento, y el resultado no es más que un pildorazo de escaso minutaje pero basto calado sensorial. Imaginad ver esto en pantallón gigante… Piel de gallina.
We Wander from Dvein on Vimeo.