Hace años, las Victoria eran todo un símbolo del verano: de sol, calor y paseos camino de la playa. Eran un calzado cómodo, fresquito y divertido con el que trotar los interminables días de vacaciones de nuestra infancia. Cada uno asociaba un color a su personalidad y muchos las coleccionaban igual que los cromos de «Dragon Ball«. Luego nos hicimos mayores y las cómodas zapatillas cayeron en el olvido hasta que, hace unos años, revivieron en la forma de un complemento renovadamente cool y refrescante. Y así, las Victoria pasaron de ser simplemente el calzado de verano de los niños y niñas españoles que olía a gominola a convertirse en un accesorio asequible y auténtico.
Con el paso de las temporadas, las Victoria han superado su pasado de zapatilla típica de la clase obrera que veraneaba en la Costa Brava para convertirse en una marca de renombre internacional. Y por eso siguen al pie del cañón empeñados en calzar pies y rematar looks no sólo en verano, sino también en los meses otoñales. Prueba de ello es la estupenda colección que nos traen para esta temporada, con unos materiales, colores y estampados que se adecúan a la perfección al nuevo clima y sus tendencias con telas más recias y calientes, e incluso con la aparición en la colección de botines con pelo, acolchados, con estampados de serpiente… Calentitos, calentitos.