¿Quién no conoce a Jeffrey Brown? Autor de grandes títulos como «Inverosímil» o «Torpe», listo entre los listos que, con un dibujo sencillo e historias cotidianas, ha sabido sacarle provecho económico a todos sus fracasos amorosos. Aunque no iba a quedarse encasillado con la etiqueta de desgraciado enganchada en la cabeza… No. Brown ha sabido reinventarse y ha publicado distintos títulos alejados de sus tortuosas historias de amor: los monísimos «Gato Saliendo de una Bolsa» y «Los Gatos son Raros», el locurón a lo Transformes conocido como «Incredible Change-Bots» o su particular visión del mundo de los superhéroes, titulado «Bighead». Pero la guinda del pastel estaba aún por llegar, y el año pasado publicó esa joya titulada «Darth Vader and Son«, la tierna historia del día a día sobre la relación del supremo comandante de la flota imperial y su hijo Luke Skywalker. Todos pensábamos que Brown ya no podría superarse, pero nos equivocábamos. Este mismo mes se ha publicado «Vader’s Little Princess» o, lo que es lo mismo, la princesa Leia en acción.
Si en «Darth Vader and Son» nos encontrábamos con un infante Luke, aquí Jeffrey Brown juega mucho mejor sus cartas. Está claro que una relación padre-hijo es muy distinta a una relación entre un padre y la niña de sus ojos. En «Vader’s Little Princess», el señor de los Sith ejerce a la perfección su rol de padrazo y, en cuanto a tal, se preocupa no sólo de hacer feliz a su hija, sino de que esta no vaya como una zorrupia al colegio o de que su novio Han Solo no se pase ni un milímetro con ella. Así pues, a lo largo de todas las páginas que componen este cómic/libro de ilustraciones, Brown nos regala delirantes y geniales momentazos de puro humor, sabiendo jugar perfectamente con las referencias al universo de «Star Wars» y haciendo de «Vader’s Little Princess» -de la misma forma que hizo con «Darth Vader and Son«- un producto disfrutable tanto para los fans más fans de la saga de George Lucas como para los que sólo han oído hablar de estos personajes por encima y a lo lejos.
Lo que vemos en este tomo es a una Leia que evoluciona desde la inocente niña buena que teje para su padre un horrible y mal hecho gorro de lana hasta una insoportable adolescente enganchada al móvil y que engaña a su pobre progenitor para poder escaparse a retozar con su maromo. Tal vez sea este el motivo por el cual «Vader’s Little Princess» sea mucho más divertido que «Darth Vader and Son»: el hecho de introducir el horrible momento de la adolescencia da muchísimo juego. Otro elemento que ayuda a disfrutar más de esta obra es que también aparece el personaje de Luke junto a otros obligatorios como el mencionado Han Solo, Lando Calrissian -el novio que Vader querría para su hija-, los Ewoks, la Cantina de Mos Eisley -donde Vader avergüenza a su hija con sus dotes de baile-, etc. Brown se atreve incluso a meter a Jar Jar Binks y… ¡consigue que no arranquemos la página en el mismo instante en que lo vemos! Ha conseguido lo imposible. Bravo.
«Vader’s Little Princess» es una pasada. Un libro tierno, divertido, mágico y precioso a la par. Realmente me faltan palabras para describir el buen sabor de boca y el buen humor que te queda tras la lectura. Un objeto obligatorio para vuestras estanterías tanto si eres fan de Star Wars y no tienes ni idea de quién es Jeffrey Brown, como si eres un enfermo del estadounidense y te la resopla la saga espacial. Vamos, no es que lo quieras… ¡Es que lo necesitas! Y no desesperes: el estadounidense ya está trabajando en su siguiente obra centrada en el universo «Star Wars«: «Star Wars: Jedi Academy», que en principio debería ver la luz a lo largo de este 2013. Así que nada, corre a por tu «Little Princess», disfrútalo, vuelve a disfrutarlo. Pero, cuidado, después de leerlo te morirás de ganas de tener a una pequeña Leia en tu vida. «Vader’s Little Princess» es un ataque feroz y desalmado que tiene como objetivo prioritario volver locos tus instintos paternales.