¿Necesitas desesperadamente que entre en tu vida el heredero de «Perdida»? No te pierdas entonces «Última Sesión», el nuevo libro de Marisha Pessl.
La extraña muerte de una joven, un desacreditado periodista de investigación y un escenario oscuro, tremendo, envolvente y profundamente aterrador: estos son los elementos claves de la segunda novela de la norteamericana Marisha Pessl, editada ahora en castellano por Penguin Random House, quien se configura así como la autora revelación de la novela negra americana. «Última Sesión» es una thriller de corte parapsicológico donde esoterismo, cine y muerte se aúnan en unas páginas que consiguen sumergir al lector en un petróleo y denso terror. Una noche de octubre, la joven Ashley Cordova aparece muerta en un almacén abandonado de Manhattan. La policía declara enseguida que se trata de un suicidio, pero Scott McGrath -cuya carrera de periodista se vio arruinada cinco años antes al acusar de abuso y asesinato de niños al excéntrico director de películas de terror llamado Stanislas Cordova, padre de la joven- sospecha que detrás de este aparente suicidio se oculta una verdad mucho más retorcida.
A partir de un planteamiento inicial bastante típico de los thrillers psicológicos, Marisha Pessl construye una sorprendente novela que va mucho más allá de su propio género, utilizando recursos estilísticos y gráficos que nos sumergen inevitablemente en esta historia que reflexiona sobre malditismo, genialidad y arte: en efecto, sus páginas están salpicadas de informes policiales, artículos de prensa, y material de Internet que conducen al lector a un punto de no retorno en el que sólo existe el opresivo terror hacia lo desconocido. Pessl teje habilidosamente una telaraña de trampas, giros y personajes en el que el lector se convierte fatalmente en la presa de la autora, quien lo conduce exactamente por donde quiere sin dejar lugar a escapatorias. La narración en primera persona en voz del protagonista, además, contribuye a incrementar ese efecto: es imposible no caer en su misma obsesión por el personaje de Stanislas Cordova, director cinematográfico de culto cuya leyenda está envuelta en un oscuro haz de satanismo, hemofilia, homicidios y fascinación por lo oculto.
«Última Sesión» se planta así como una segunda novela que consigue superar la autorreferencialidad tan típica de los escritores noveles (pese a no estar totalmente exenta de ella) gracias a la habilidosa construcción de una trama, unos personajes y una ambientación que oprimen en una aterradora tensión constante a todo aquel que se atreva a adentrarse en sus páginas.