Con «Un Altre Primer Cop», Últim Cavall nos han devuelto la esperanza en el indie-pop clásico… Por eso les pedimos que nos hablen de este disco.
Si Últim Cavall fuesen un grupo norteamericano y formasen parte del roster de sellos tan insignes como Captured Tracks o Slumberland, seguro que serían reconocidos a nivel global como paladines del shoegaze o del indie-pop del nuevo milenio y cada uno de sus movimientos discográficos se seguirían con la misma atención que la dispensada a ilustres nombres como en su momento The Pains Of Being Pure At Heart o más recientemente The Reds, Pinks And Purples, The Umbrellas, DIIV, Wild Nothing o Beach Fossils. Pero Últim Cavall proceden de la comarca barcelonesa del Garraf y sus trabajos ha sido editados por Discos de Kirlian, emblemática escudería musical que garantiza que los proyectos que acoge destacan por su calidad y su exquisitez.
Por eso hay que olvidarse de conjeturas como la planteada al principio de este texto y centrarse en el hecho de que Últim Cavall son una de las bandas que mejor han manejado y moldeado en España la materia del pop alternativo desde que debutaran en largo con “Records de Kyoto” (Discos de Kirlian, 2017) y prosiguiesen su recorrido con “Alaska” (Discos de Kirlian, 2019), dos brillantes muestras de shoegaze dulce como la miel.
Aunque Francesc Pascual, Rafa Monzó, Jacob Serra y Toni Jordán más Elba Vallés, Galdric Bover y Jordi Moncho no ven tan clara la vinculación, sobre todo teniendo en cuenta que, en su nuevo álbum, “Un altre primer cop” (Discos de Kirlian, 2024), han cortado los hilos que los unían de algún modo a ese género: “La etiqueta shoegaze nos la pusieron algunas publicaciones, pero no consideramos que en los trabajos anteriores nuestro estilo fuera así. Quizá había algunos elementos en algunas canciones -un sonido envolvente donde la voz quedaba integrada-, pero han sido discos quizá más heterogéneos que este último, que sí consideramos más estrictamente pop. En todo caso, ha habido una evolución, pero no nos cerramos a nada. No sabemos si el salto que hemos hecho es definitivo. Si en un futuro hacemos un nuevo disco, de momento no nos hemos planteado si repetiremos la forma del actual, si volveremos a la de otros trabajos o si seguiremos explorando nuevas fórmulas. Eso sí, siempre intentamos que las canciones contengan nuestro sello y personalidad”.
Justamente, eso es que han logrado Últim Cavall en sus ocho años de carrera: imprimir su toque personal al pop independiente patrio a base de buen gusto, delicadeza, melancolía y, por encima de otras características, nostalgia, Esta es una de las principales señas de identidad de “Un altre primer cop” que se combina con destellos de optimismo hasta dar como resultado una mezcla de emociones en apariencia contraproducente pero que en el disco cuaja a las mil maravillas “porque son las dos caras de una misma moneda, forman parte de la condición humana y ambas son necesarias. La nostalgia nos transporta al pasado, pero también nos hace pensar que aquellos momentos bonitos que hemos vivido los podemos volver a vivir o, al menos, algo parecido o mejor. Eso hace que la nostalgia se pueda transformar en optimismo. Son vasos comunicantes y no podemos quedarnos con una sin tener en cuenta la otra”.
La manera en que Últim Cavall explican cómo es posible conjugar dos elementos tan distintos entre sí se traduce dentro de “Un altre primer cop” en canciones que muchas veces sueltan sus anclajes terrenales y toman dos direcciones también ambivalentes pero compatibles: introduciéndose en el interior del alma o elevándose hacia estados de consciencia cuasi oníricos a través de los cuales “uno puede soñar despierto en el sentido de que nunca se tiene que perder la ilusión, siempre puede haber una primera vez de nuevo. Nadie sabe lo que nos depara el futuro y, tengamos la edad que tengamos, la vida siempre nos puede sorprender. Quizá, más que soñar, lo que planteamos es tener presente la realidad y saber que en esta siempre hay muchas cosas bonitas por hacer”.
Durante este proceso mental, al grupo barcelonés no le hace falta ensimismarse exclusivamente en piezas evanescentes que se deshagan en los oídos como arena escapándose entre los dedos de las manos, sino que apuestan por el dinamismo rítmico convenientemente edulcorado sobre el que se despliegan prístinos acordes de guitarra que se balancean con idénticas dosis de brío y de sutileza, voces que se empastan con suavidad, sintetizadores reconfortantes y melodías tan adhesivas como preciosistas que rozan la perfección, a pesar de que “la canción pop perfecta no existe. Pero no debemos dejar de buscarla nunca, es lo que nos empuja a ser ambiciosos con nosotros mismos y lo que provoca que cada vez lo intentemos hacer mejor. La melodía perfecta, en todo caso, sería aquella que te sorprenda, que despierte algo en el oyente, que no sea una más. Y, por otro lado, ha de ser una melodía que enganche, que la recuerdes y la cantes sin querer, que se mantenga en el subconsciente. Estas dos cosas, sumadas a una buena parte rítmica, hacen que la canción crezca exponencialmente y te haga volar”.
Y con “Un Altre Primer Cop” es fácil sentirlo mientras se dibuja una cálida sonrisa en la cara, uno de los efectos inmediatos que produce el tercer disco de Últim Cavall, compuesto por pedacitos de Francesc, Rafa, Elba, Jacob, Toni, Galdric y Jordi y del cual ellos mismos nos relatan parte de su intrahistoria.
“Un altre primer cop” en palabras de Últim Cavall
LAS INFLUENCIAS MUSICALES. No nos gusta hablar de influencias musicales porque, al fin y al cabo, son muchas. Además, te encasillan y te definen de una manera que no se tienen en cuenta los matices. Creemos que, al hacer un disco, las influencias pueden ser de música que has escuchado recientemente o de música que hace años que no escuchas, hay mucho backgorund. Además, las influencias pueden ser de distinto tipo a nivel de composición, de estilo, de producción… En todo caso, algunos de los grupos que nos han inspirado en este disco pueden ser Helado Negro, Men I Trust, TOPS o Choir Boy, entre otros.
LAS INSPIRACIONES EXTRAMUSICALES. Nos hemos inspirado en todo lo que hay a nuestro alrededor, en nuestros recuerdos, nuestro día a día, nuestras emociones y nuestros estados de ánimo. Es de nuestra realidad y nuestra experiencia de donde nacen las canciones.
LA ANÉCDOTA. La verdad es que no ha habido muchos sobresaltos durante la grabación. Más que una anécdota, recordamos días en que llegábamos al estudio y, antes de seguir, nos poníamos a hablar de música hasta el punto de que podíamos empezar con la sesión cuando quizá ya era demasiado tarde. Nos apasiona la música y nos podemos pasar horas y horas hablando de grupos, de canciones, las escuchamos y analizamos, descubrimos nuevas bandas…
LA PARTE MÁS FÁCIL Y LA MÁS DIFÍCIL. Quizá la parte inicial y la final son las más difíciles. El inicio porque todo está por hacer y es complicado encontrar el camino y la coherencia en lo que haces. Por otro lado, el final también lo es porque a nivel de producción buscas definir exactamente los sonidos que quieres y, además, también tienes que escoger los elementos justos que necesita cada canción. En cambio, los momentos más fáciles son encajar las letras en la música y, una vez que la canción ya no está en un punto tan inicial, acabar de definir su estructura. De todos modos, estos pasos también tienen su dificultad y nos pueden llegar a costar.
Gracias al ideario de Últim Cavall, los aficionados al indie-pop creemos firmemente que el género nunca morirá y que resistirá el paso de las modas musicales como lo ha hecho durante las últimas décadas. La banda barcelonesa está de acuerdo: “Sí, quizá el espacio musical esté cada vez más fragmentado, pero siempre habrá un hueco para el indie-pop y viejas y nuevas generaciones que valorarán y se apasionarán por un estilo que, evidentemente, puede llegar a tener momentos de mucha calidad”. Al igual que “Un Altre Primer Cop”, ni más ni menos. [FOTOS: Ramiro Elena] [Más información en el Bandcamp de Últim Cavall]