Voy a abrir esta crítica de la forma menos adecuada: poniéndome a mi por delante. Pero, la verdad, con un ego tan grande como el de George Lewis Jr. en la sala, no se corre aquí ningún peligro de que el hombre en cuestión se sienta empequeñecido. A lo que iba: mi canción preferida de «Eclipse» (Warner Bros., 2015) es, sin lugar a dudas, «Alone«. Y lo jodido es que esa es precisamente la canción «menos» Twin Shadow del lote: es un baladón muy tremendo en la tradición de Pimpinela. Ya sabes: él dice, ella dice, la cosa acaba por peteneras y los platos vuelan sobre las cabezas. Para más inri, «ella» es una desconocida total: una tal Lily Elise que cumple la papeleta pero que hace pensar que aquí debería haber un featuring del coponazo bendito, tipo Mariah (y lo digo como algo positivo, que conste). Pero, sea como sea, por encima de todo esto, resulta que «Alone» es una hiper-balada sublime que apelará tanto a los fans de este género fundado por Björk como a los locos del histrionismo ochentoso a lo Bonnie Tyler. Win win.
El problema en «Eclipse» es que «Alone» tiene por delante a «To The Top» (una canción que parece pensada para encabezar la banda sonora de una nueva secuela de «Rocky» directamente estrenada en TV… y que es un pelín ridícula, todo sea dicho) y por detrás a «Eclipse» (que, para ser el tema titular del disco, resulta ser totalmente anodina). Más todavía: por ahí pululando tenemos un Bruce Springsteen malinterpretadísimo («Flatliners«), una masculinización del acervo de la Madonna más 80s («When The Lights Turn Out«), dark wave ostentoso («Watch Me Go«) e incluso otras baladas a las que se les nota el ansia de estadio en la voz («Locked & Loaded«). Ojo, que más allá de «Alone» también hay algunos aciertos como el baile a lo versión hiper-musculada de Pet Shop Boys de «Old Love / New Love» (que, por cierto, hace dos años que escuchamos mientras jugamos a «GTA V«) o las brumas de synth wave de la sublime «Turn Me Up» remitiendo directamente a los inicios de George Lewis Jr.
Pero ese es el problema: que está todo ahí, mezclado, sin filtro… Y esto no es lo que compramos cuando nos enamoramos de Twin Shadow. Una pequeña recapitulación: el amor nació cuando nos encontramos ante un tipo que era capaz de coger el synth wave 80s y ofrecer una visión en eterno fuzz emocional como el de «Forget» (Terrible, 2010), y renovó sus votos con aquel tremendo «Confess» (4AD, 2012) en el que nos hacía olvidar cualquier atisbo de ambigüedad sexual por la vía de pegarnos hostias machas con sus canciones. En ambos casos, sin embargo, se leían claramente las intenciones musicales de Lewis Jr. Lo jodido es que, como sabrá cualquiera que haya leído alguna de sus entrevistas, por detrás de Twin Shadow siempre han corrido otro tipo de intenciones: las intenciones de George de convertirse en una súper estrella.
Resumiendo: nosotros queríamos que fuera un abanderado del indie, pero él se vé más bien teloneando a U2. Y eso no tendría nada de malo si estas intenciones corrieran paralelas a las musicales: mira a Arcade Fire, los últimos en conseguir eso de llegar a los estadios partiendo de la escena independiente. La cuestión es que los de Win Butler siempre han sabido que sólo se llega a ser gigante si eres honesto contigo mismo y nunca (¡nunca!) traicionas tu propia personalidad… Por el contrario, a «Eclipse» le falta alma, personalidad y, en general, suena a traición de George Lewis Jr. hacia Twin Shadow (y no al revés): el hombre con ínfulas de estrella olvida todo lo que construyó en sus anteriores discos y se dedica a disparar sin ton ni son a ver si acierta alguno de los tiros, si suena la flauta, si pega un pelotazo y se ve encumbrado a quién sabe dónde.