Pablo Ríos imagina cómo ha sido el primer día de Donald Trump como Presidente de EEUU y se chotea de ello en las viñetas de «Presidente Trump».
El 22 de enero del año 2017, Chuck Todd entrevistaba a Kellyanne Conway (consejera de Donald Trump en sus funciones como Presidente de los EEUU y previa jefa de campaña durante las elecciones) en su programa «Meet The Press» para el canal NBC News. En uno de los momentos más célebres de ese careo, Todd pregunta a Conway al respecto del falseo de datos que había ofrecido Sean Spicer (secretario de prensa de la Casa Blanca comandada por Trump) al inflar descaradamente la asistencia a la gala de investidura del nuevo Presidente. Convway tiene los santos ovarios de responder que Spicer ha ofrecido «hechos alternativos«.
A lo que Todd espeta que «hecho alternativos» es otra forma de hablar de «falsedades«. Kellyanne se queda un poco con el culo torcido al ver que un respetado miembro de la prensa ha tenido los cojones de plantar cara a esa campaña con la que desde el gabinete de Trump están intentando desprestigiar a los medios de comunicación para así poder soltar los «hechos alternativos» que les dé la gana y quedarse tan panchos. Lo que no esperaba Conway es que lo de «hechos alternativos» se quedara en el imaginario común y fuera usado tanto por prensa como por Internet en general para chotearse de los sinsentidos del gobierno de Trump.
En vez de reírse de él a mandíbula batiente por la vía de la ridiculización grosera, resulta mucho mejor optar por un sentido del humor de letra pequeña, que es la que suele escapársele a Trump.
Todo esto viene a cuento porque, un mes antes de este tinglado, la editorial Sapristi publicaba «Presidente Trump. Dios perdone a América» de Pablo Ríos. Es este un mini-cómic que bien podría funcionar a modo de recopilación de tiras humoristicas de actualidad (y sorna) sociopolítica publicadas en cualquier diario de renombre… Si no fuera porque las tiras de Ríos volaron directamente desde su pluma hasta este tomo sin pasar por la casilla de salida de periódico alguno. Mantiene, eso sí, una estructura de recopilatorio de tiras en la que todas las páginas tienen un formato igual (dividida en cuatro viñetas) y que, en este caso, además también incluyen lo mismo dentro de esas viñetas: el mismo plano de Trump sentado en su mesa presidencial «haciendo cosas».
Al fin y al cabo, la urgencia mandaba: el libro de Pablo Ríos ofrecía una visión sarcástica de cómo sería el primer día en la presidencia de Donald Trump… Y lo jodido es que, por mucho que esto fuera totalmente imaginado, no cuesta demasiado imaginarlo como los «hechos alternativos» a lo que pasaría unas semanas después en la Casa Blanca. Por las páginas de «Presidente Trump» circulan todos los que tienen que circular: Obama, Vladímir Putin, Melania Trump, Hillary Clinton, Angela Merkel, el muro, los mexicanos, el Isis, Corea del Norte, el KKK… e incluso Mariano Rajoy.
Pablo Ríos tiene collejas que repartir para todos, y lo cierto es que resulta mucho más que elocuente a la hora de poner sobre el papel muchos de los sinsentidos y callejones sin salida a los que Donald Trump ha conducido su propio discurso. Su humor funciona más a nivel de sonrisa irónica que al de carcajada sonora… Pero, en resumidas cuentas, ahí está la mejor forma de enfrentarse con un surrealismo kafkiano como el que rodea a la figura del nuevo Presidente de EEUU: en vez de reírse de él a mandíbula batiente por la vía de la ridiculización grosera, resulta mucho mejor optar por un sentido del humor de letra pequeña, que es la que suele escapársele a Trump. ¿Existe mejor forma de luchar contra los «hechos alternativos»? [Más información en la web de Sapristi]