[dropcap]L[/dropcap]OS CREADORES DE IMÁGENES. Ya hemos visto documentales sobre los demiurgos de este mundo de fantasía, pero no hay que perder de vista a aquellos que le dan imagen: también existen dos documentales sobre fotógrafos se revelan como indispensables. Por un lado, el del antropólogo del street style Bill Cunningham, «Bill Cunningham New York» (2010), en su inagotable y obsesiva crónica de las tendencias neoyorkinas para la sección de estilo del New York Times.
Y, por otro lado, igual de imprescindible es el documental sobre el polifacético Willam Klein, «The Many Lives of William Klein» (2012). Pintor, cineasta, fotógrafo… Y, en definitiva, creador de algunas de las imágenes más icónicas de la moda, repletas de elegancia y cierto salvajismo
[dropcap]E[/dropcap]L IMPERIO EDITORIAL. Si «The September Issue» nos habría las puertas del mundo editorial, muy pronto aparecieron nuevas propuestas para cogerle el relevo. En primer lugar, «In Vogue: The Editor’s Eye» (2011), que aprovecha la simpatía generada por Grace Coddington en la creación de LA BIBLIA para mostrarnos el imaginario de otras editoras de Vogue eclipsadas por la imponente figura de Anna Wintour en los últimos años.
En la misma línea, y casi como un contraplano de la que fuera su archienemiga, «Mademoiselle C» (2013) nos presenta a la ex editora de Vogue Francia, Carine Roitfeld, en el proceso de sacar adelante su propia revista: CR Fashion Book.
https://www.youtube.com/watch?v=HP3wsNdANhM
Ni el uno ni el otro, sin embargo, le hace sombra a la exploración de la editora más original y fantasiosa que tuvo el mundo de la moda: Diana Vreeland. El documental titulado «Diana Vreeland: The Eye Has To Travel» (2011) es un intento de desentrañar el misterio de esta personalidad que revolucionó Harper’s Bazaar y Vogue USA. El material de archivo disponible es aprovechado brillantemente, y las grabaciones de las memorias de la que sentó las bases del cargo de editora de moda son el hilo que nos guía por su mente anárquica e inventiva. Sin duda, el propio genio de Vreeland podría situarla fácilmente con el panteón de personalidades excéntricas a las que nos referíamos anteriormente.