-Buenos días. Hoy nos encontramos aquí reunidos en nuestra tertulia matutina para debatir un poco así en profundidad ese disco que tiene loquer total a la muchachada de medio mundo. Que ellos dicen que es para bailar pero que nosotros sabemos que es básicamente para empedarse lo más grande y ponerse ciegos a base de mucho bombo y poco platillo. Sea como sea, para analizar el susodicho disco tenemos hoy con nosotros a algunos invitados… Pero, antes de nada, permitid que desglose un poco de qué va la cosa para los espectadores poco versados en el tema. Es decir, para aquellos que piensan que el eme es una letra del abecedario y que siguen consternados por el pésimo sistema educativo de este país que les enseña a sus hijos a decir el eme y no la eme, que es como Dios manda que tiene que decirse. Para todos aquellos, el mejor resumen es decir que Totally Enormous Extinct Dinosaurs es el proyecto musical de Orlando Higginbottom, un niño que parece la versión british de Bimba Bosé (pero en pequeñillo, pecoso y achuchable) y al que le gustan más las plumas que a un tonto un lápiz. Hay que reconocer que Orlando empezó llamando la atención por su afición a plantarse en sus dj sets con un tocado de plumas gigantesco… Y luego, claro, llegaron los temazos. Ya hace tiempo que ha ido lanzándolos sobre las masas como bombas de napalm: «Trouble«, «Garden» y, sobre todo, «Tapes & Money» escenificaron una trayectoria ascendente en la que pronto dejamos de hablar de los adornos de los orgullosos padres de la patria americana y empezamos más bien a hacernos pajillas con la renovación de un electropop que nunca se renueva realmente, pero que siempre queda genial decir que se está renovando para que te hagan caso. Al caso: su debut en largo se titula «Trouble» (Casablanca, 2012) y contiene los jitazos ya conocidos e incluso alunos más. Para hablar de ello, sin embargo, cedemos la palabra a nuestro primer invitado: Alexis Taylor de Hot Chip.
-Buenos días. Lo cierto es que yo sólo vengo a decir que me ha tocado un poco las pelotas que el niñato este lance ahora un discazo como «Trouble«… La cuestión es que Hot Chip también tenemos un disco en cartera, que se titula «In Our Heads» (Domino, 2012), y cuando lo pones al lado del álbum de Orlando pues como que parece un zurullo. Y eso no mola. El pavo ha cogido todo lo que nos ha hecho famosos y ha hecho lo que nosotros no nos hemos atrevido a hacer nunca: quitarnos la careta de nerdies majetes y lanzarnos tó cerdos a la pista de baile. Sólo hace falta pillar los singles para ver que el sonido Hot Chip está ahí: ese electropop con toques ochenteros estilizados to the max para que no se vea que lo que hay por debajo es un bombo que ni Manolo, tío.
-Es comprensible vuestra consternación, Alexis. Para completar un poco esa visión, cedamos la palabra a Joe Goddard no sin antes aclarar que realmente lo hemos invitado para que nos hable más en representación de The 2 Bears que de Hot Chip…
-Bueno, no sé si a la gente le interesará mi visión como The 2 Bears, porque nadie nos conoce…
-Ejem… (por lo bajini y encubierto con la tos:) Los osos gáyeres os conocen…
-¿Perdona?
-Nada… Tú sigue.
-Lo que decía. Que la verdad es que yo a Orlando me lo quiero una jartá y él lo sabe. De hecho, fue mi sello Greco-Roman el que le publicó sus primeros maxis. Así que lo que voy a decir no va con acritud ninguna. Pero, Orlando, tío, te has pasado tres pueblos. Mira que yo con The 2 Bears he intentado acercarme al horterismo noventero que convirtió el rollito rave en algo comercialoide y con un discurso de la felicidad sintética rayano a lo subnormal. Pero lo tuyo no tiene nombre. Temas como «Stronger» o «Your Love«, con esas vibraciones acid-funky con negra cantando, hacen que mi banda no merezca existir. Te podrías haber cortado un poco…
-Bueno, si el chico tiene lo que hay que tener, nadie debería cortarle las alas. Precisamente por eso también hemos traído hasta el plató a James Yuill, un artistazo que casi nadie conoce pero que tiene en su haber un discarral como «Movement in a Storm» (Moshi Moshi, 2012). Pop electrónico finísimo que todo el mundo debería correr a comprar (o a descargar). Sea como sea, ¿qué te parece a tí lo de Totally Enormous Extinct Dinosaurs, James?
-Tampoco seré tan taxativo como mis colegas de Hot Chip. Pero sí que tengo que decir que la primera vez que escuché «Trouble» morí un poquito por dentro. No es sólo que tenga esa balada robótica titulada «You Need Me On Your Own«, que desde el título hace pensar en mi tema «On Your Own«…
-Un temazo.
-Gracias. Pero es que la cosa es peor todavía. A medida que iba metiéndome más y más en canciones como «Houshold Goods«, con esos latigazos electrónicos salpicando sobre superficies de brillantes aguas poperas, me dio por pensar que Orlando va a conseguir el éxito que yo no he conseguido por una cosa muy simple: porque ha pillado la elegancia de mis temas, que son muy bonicos, eso no me lo quita nadie, y les ha dado un toque de chunda-chunda que le hace perder la cabeza a cualquiera.
-Totalmente cierto. SIento cortarte, James, sin embargo, para dar paso a una llamada que nos acaba de entrar. Se trata de Jamie Palumbo, director (todavía) de los míticos clubs Ministry of Sound. Y dice que tiene algo importante que aportar a nuestro debate…
-Hola… ¿Se me escucha?
-Sí, sí, James. Adelante…
-Yo sólo quería decir que «Your Love«, el tema ese del que hablaba Joe Goddard, juraría que es un plagio de alguno de los hits que metíamos en nuestros recopilatas a finales de los 90. Si recordara qué canción era, le metía un paquete a Orlando que se iba a cagar. Pero por entonces corría tanta farlopa que se me ha quedado la cabeza hecha un cisco.
-Bueno, siempre puedes contratar a alguien para que te haga el trabajo sucio, James.
-Ya, pero ahora estoy tan de gusteras con los festines erotico-festivos de eme que me aburre pensar en el tema.
-Bien, bien. Entonces damos por cerrada tu participación y damos la bienvenida a nuestra última invitada de hoy. Que es, ni más ni menos, que Rihanna. Hola, Riri, ¿cómo andamos?
-Aquí, tirando. ¿Se me ven las tetas con este escote que llevo?
-Que va.
-Qué pena…
-La cuestión es que en verdad a Rihanna la hemos invitado para que nos preste el teléfono de Calvin Harris. Calvin, ¿estás al otro lado de la línea?
-Sí, sí. Dime.
-Bueno, Calvin, tengo que decirte que a ti tampoco te queríamos por mucho que tu producción y la de Orlando tengan mucho pero que mucho que ver. Te queremos más bien como medium experto en contactar con el espíritu poligonero de extrarradio de los 90. ¿Estás ahora mismo en contacto con él?
-Sí, yo siempre. ¿Qué quieres preguntarle?
-Simple y llanamente: ¿qué le parece un tema como «American Dream Part II«?
-Espera. Estoy entrando en trance… Ya. Dice que le toca las pelotas y que se arrepiente un poco de estar contactando conmigo desde hace cinco años para crear el jitarro definitivo de poligonismo cerder y que, finalmente, haya sido Totally Enormous Extinct Dinosaurs el que se haya llevado el gato al agua con este tema sin necesidad de contactar con él ni de meter a Rihanna diciendo guarreridas entre bombo y bombo.
-Lo siento, Calvin. No nos queda mucho más tiempo, así que cortamos tu llamada. Tenemos, eso sí, una última sorpresa… ¿Veis la puerta con niebla que ha estado detrás nuestro todo el tiempo? Pues es una máquina del tiempo. Antes del programa hemos metido en ella a Orlando para que vaya a visitar al Orlando del futuro. ¡Y aquí le tenemos de vuelta! ¿Qué te ha dicho tu yo del futuro, Orlando?
-Me ha dejado un poco así, la verdad…
-¿Por qué?
-Porque dice que con el primer disco muy bien y tal y mucho éxito y tal, pero que se me fue la mano con eso de querer tocar todos los palos. Que al final me quedó una cosa muy poco homogénea. Y tiene razón. Pero también me ha dicho que en los próximos discos iré acotando un poco mi estilo y que voy a partir la pana a base de bien.
-¡Lo que faltaba!
-¿Qué has dicho, Alexis?
-Nada, nada. Que cómo chana eso de los viajes en el tiempo, ¿no?
[Raül De Tena]