[dropcap]4.[/dropcap] MANDARIN ORIENTAL PUDONG / Harbour City, Shanghai. Pasar varias noches en un Mandarin, en cualquier Mandarin, es el sueño máximo de cualquiera con un mínimo de gusto por esa experiencia maravillosa que es visitar hoteles de lujo. Que levante la mano a quien no se le haya pasado por la cabeza alguna vez que otra hacer la locura absoluta de dejarse el sueldo en el Mandarin que le quede más cerca… (En nuestro caso, el de Barcelona.) Pero, ¿qué nos decís si os ponemos los dientes largos con otros Mandarin Oriental del resto del mundo? Ya sea el clásico de Hong-Kong, el playero de Miami o el recién estrenado en Turquía, todos los Mandarin Oriental tienen algo en común: son una experiencia más allá de los sueños de cualquiera. Pero es que el Mandarin Oriental Pudong de Shanghai tiene algo que, a día de hoy, viene a ser el no va más: te ofrece la posibilidad de hacer ese viaje a Oriente que absolutamente todos los mortales quieren hacer para, además, hacerlo de la forma más lujosa posible.
El Mandarin Oriental Pudong tiene todo lo que cabe esperar en un Mandarin Oriental: un diseño puntero a cargo de Bernardo Fort-Brescia, un servicio de atención personalizada legendario (con locuras como el mayordomo 24 horas), unas estancias más grandes que tu casa (un total de 362 habitaciones y de 210 apartamentos pensados para visitas más largas, siendo la habitación más pequeña de 50 m2 y la más grande, la Suite Presidencial, de ni más ni menos que 788 m2), una colección de arte impensable incluso para los museos más ambiciosos (con un total de 4.000 obras originales), una oferta gastronómica variada y de una calidad beyond premium (desde el restaurante francés Fifty 8o Grill a la cocina china Jiang Nan del Young Yi Ting) y un spa al nivel de todos esos que han convertido a los Mandarin Oriental en un ejemplo a seguir a la hora de ofrecer tratamientos de bienestar a sus clientes.
Pero todo esto ya está presente más o menos en el resto de hoteles de esta cadena… Entonces, ¿qué hace diferente al Mandarin Oriental Pudong? Básicamente, su emplazamiento maravilloso en Harbour City, una urbanización que se está convirtiendo en el epicentro del ocio de alto standing y de los negocios más placenteros en la ciudad de Shangai. Por poner un ejemplo: el Club de Yates Metropolitano de la Marina de Shanghai se encuentra a dos pasos de la entrada del hotel, dando la posibilidad a sus visitantes de realizar preciosos cruceros sobre el río Huangpu. Este viaje no merece que hipoteques tu sueldo de un año: merece que hipoteques el sueldo de toda tu puñetera vida.
IDEAL PARA LOS QUE BUSCAN… lujo. Sin mirar hacia atrás. Como si no hubiera un mañana.
ABSTENERSE: Personajes insoportables que siempre están mirando la cuenta del súper para ver si les han tangado cincuenta céntimos.
MÁS INFO: mandarinhoriental.es
[dropcap]3.[/dropcap] MAS DE TORRENT & SPA / L’Empordà. En pleno corazón de L’Empordà catalán, entre los frondosos pinos y las rocas de la Costa Brava, lejos del mundanal ruido, los guiris quemados por el sol y el bochorno urbanita, se esconde el Mas de Torrent & Spa, una flamante masia tradicional catalana que presume de ser de las primeras que se reciclaron en su momento pasando de ser hospedajes familiares a nuevos edificios de restauración y descanso con coartada de lujo. El Mas de Torrent es propiedad de la familia Figueras desde tiempos inmemoriales (bueno, no, tan sólo desde que se construyó en el siglo XVIII, que tampoco está mal).
Un viaje de sus propietarios a la Toscana italiana en los años 80 encendió la bombillita que les hizo reflexionar y querer convertir el edificio familiar y su entorno, que no pasaba por sus mejores horas, en una de las bonitas estampas italianas que habían visto durante ese viaje. Conservaron la estructura original de la masia, pero la convirtieron en un flamante hotel de lujo que entró a formar parte de la exclusiva marca hostelera Relais & Château en 1990. Las cocinas y las cocheras son ahora un elegantísimo bar, donde antes estaban las cuadras ahora se encuentra la recepción del hotel y la otrora ruidosa entrada principal de la casa ahora es una tranquila sala de billar. En las plantas superiores se reparten veinte suites con terraza, y anexas a la masía hay siete habitaciones-bungalow cada una con su piscina privada. El sitio cuenta con su propio spa (indispensable) y una oferta gastronómica que bien puede hacer que no necesites salir de allí en semanas, siendo uno de los pilares fundamentales de esta propuesta que te deja boquiabierto desde que ves su espectacular fachada (con una bugambilla de Record Guiness) y por lo bien que combina el lujo más exclusivo con el espíritu más cercano y familiar.
IDEAL PARA LOS QUE BUSCAN… alejarse del mundanal ruido pero sin tener que irse a la quinta puñeta tirolesa.
ABSTENERSE: Familias numerosas con mucho niño gritón. Por favor. El sitio es tan tranquilo que hasta el maullar de un gato rompe el rollo.
MÁS INFO: hotelmastorrent.com