«Soy cocinero, de esos que les corre el aceite por las venas, que cocinan mas con las tripas que con la cabeza y que se comen la vida a bocados de placer.» Así se presenta Alberto Chicote, el chef que capitanea el barco de la versión española de «Pesadilla en la Cocina«, el reality de La Sexta inspirado en las «Kitchen Nightmares» de Gordon Ramsay.
No lo tenía fácil Chicote: primero, por tener que emular en español a esa bestia mediática que es Gordon Ramsay, cuyos fans son legión y que tiene tantos realities esparcidos por el mundo como restaurantes. Segundo, por tener que enfrentarse a los hijos tróspidos, reyes indiscutibles de la parrilla de los jueves y de las redes sociales durante toda la semana. Así que, cuando se supo que La Sexta iba a programar su nuevo reality coincidiendo con «¿Quien Quiere Casarse Con Mi Hijo?«, lo primero que pensó la gente fue: «suicidio». Pero no hay reality que cien años dure (bueno, ya veremos la próxima edición de «Gran Hermano«). Los tróspidos llegaron a su fin y la semana pasada Chicote se comió la audiencia con patatas (y un frondoso huevo frito estrellado): 16% de share, 3 millones de espectadores y Twitter echando más humo que la plancha de El Castro de Lugo. Chicote se ha revelado como un fenómeno atmosférico con una capacidad asombrosa para la hipérbole («esta comida está hecha del mismo material que las cajas negras de los aviones«) y una innata capacidad de conectar con la gente, tanto con la que está dentro de la pantalla (los propietarios de los locales a los que acude, que las pasan canutas) como con la que está fuera de ella, un tesoro que había estado enterrado bajo tierra y que, por fin, una cadena televisiva se ha decidido a plantar en nuestras pantallas.
Nosotros le auguramos un increíble éxito porque personajes así, de tanta enjundia y presencia, sólo pueden manifestarse en la tele española. Y, para demostrarlo, aquí os dejamos diez motivos por los que la redacción de FPM (que está muy enganchada a «Pesadilla en la Cocina«) cree que Chicote es el fenómeno televisivo de la temporada…
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1. Por haber ahuyentado la larga sombra del chef Gordon Ramsay y por plantarse por primera vez en televisión con el programa con la mejor intro de la historia. Sencillamente, Chicote ha demostrado aquello de Spanish do ti better. (Marco Ascione)
2. Porque no sólo es mejor entertainer culinario que Gordon Ramsay, sino mejor detective que Horatio Caine: «Se le ha pegado fuego a esto… ¡PORQUE SABE COMO A GASOLINA!«. (David Martínez de la Haza)
3. Por ser insobornable en el trabajo: nada de «perruchis», piropos y abrazos de pijos piruleta ni otras mamarrachadas. (José Antonio Martínez)
4. Porque su gusto por las camisas tan radical y auténtico refleja un sentido del espectáculo televisivo genuino. Juraríamos que todas son de Agatha Ruiz de la Prada y, aún así, molan muchísimo. (Estela Cebrián)
6. Por tener las santas narices de llamar a las cosas por su nombre y con todas las letras: «Esto no es cuestión de pasta, es cuestión de ser… UN CERDO«. (DM)
7. Por lograr que El Comidista transmitiese imagen de borde en unos de los programas. (JAM)
8. Por ser nuestro Terminator particular: aún siendo el tipo más duro entre los duros, no puede evitar tener muestras de humanidad, como la de vomitar tras enfrentarse cara a cara con la comida que había ingerido. (MA)
9. Por conseguir que una cocinera beata escuchase una y otra vez «el rabo (de toro) caliente» sin que saliese corriendo al confesionario. (JAM)
10. Por aguantar sin volverse loco una entrevista de Pablo Motos donde demuestra que, aparte de tío duro, es humilde y una buenísima persona. Un santo. (MA)
[Estela Cebrián + David Martínez de la Haza + José Antonio Martínez + Marco Ascione]