La gira del 20 Aniversario del «Deserter’s Song» está a punto de pasar por nuestro país… Y te lo explicamos todo sobre el mítico disco de Mercury Rev.
En una época en la que el post-grunge y el rap dominaban la industria musical en Estados Unidos y el indie-rock abarcaba buena parte del territorio alternativo, Mercury Rev aparecían como una extraña célula condenada a moverse siempre a contracorriente debido a su concepción arty y osada del rock psicodélico. Quizá su lugar natural estuviese ubicado en Gran Bretaña, donde la nueva ola lisérgica recibía una mayor atención a pesar del creciente empuje del brit-pop. Con todo, la banda de Buffalo (Nueva York) tenía buenos compañeros como The Flaming Lips (a los que les unía una estrecha vinculación), The Apples In The Stereo o The Olivia Tremor Control junto a los que seguir construyendo un insólito universo sonoro ajeno a las modas guitarreras imperantes.
“See You On The Other Side” (Beggars Banquet, 1995), su tercer disco, debía poner definitivamente en el mapa a Mercury Rev más allá del circuito especializado: era su mejor trabajo hasta la fecha y confirmaba su trayectoria ascendente desde su debut en largo con “Yerself Is Steam” (Jungle / Columbia, 1991). Pero no ocurrió lo que la banda esperaba: un reconocimiento de público (los vientos de la crítica soplaban a su favor) que estuviese a la misma altura de sus logros creativos. Estas expectativas coincidían con el optimismo que había generado la apertura de una etapa diferente en la carrera de los neoyorquinos, ya que “See You On The Other Side” era su primera grabación sin su vocalista original, el controvertido David Baker. Este LP, además, suponía la transición hacia un sonido más concentrado, suavizado y enriquecido por arreglos que nunca habían introducido en su paleta estilística.
Sin embargo, este enfoque experimental patinó comercialmente. Las malas cifras de ventas de “See You On The Other Side” fueron el primer eslabón de la cadena de infortunios que sacudirían a Mercury Rev: se quedaron sin discográfica, su batería, Jimmy Chambers, y su manager decidieron marcharse y su situación financiera era precaria, con lo que se encontraban en una encrucijada personal y profesional de complicada resolución. Ante un escenario tan inestable, evidenciado por la tensión surgida entre las dos cabezas visibles del grupo, Jonathan Donahue y Sean ‘Grasshopper’ Mackowiak, la banda tomó una decisión drástica: su siguiente disco sería el de su despedida.
Efectivamente, “Deserter’s Songs” (V2, 1998) iba a ser el canto del cisne de Mercury Rev. Pero, como se suele decir, las fases de crisis estimulan la imaginación. Y los neoyorquinos hallaron en el proceso de elaboración de su cuarto álbum el desahogo que necesitaban para recuperar la paz interior, en todos los sentidos. Sobre todo Donahue, hundido en una depresión, que había empezado a ver la luz de un modo casi casual: The Chemical Brothers le habían invitado a que participase en su tema “The Private Psychedelic Reel”, lo que para él supuso un acicate para seguir adelante. A partir de ahí, pese a que la grabación de «Deserter’s Songs» no fue precisamente una experiencia idílica, Donahue y Grasshopper fueron restableciendo su deteriorada gran amistad y su apagada conexión artística.
Aprovechando la coyuntura, Mercury Rev exploraron diversas sendas discursivas y sonoras que les llevaron a un nivel superior al que habían alcanzado con “See You On The Other Side”. Probablemente, tuvo que ver en que todas las piezas encajaran de un modo inesperadamente ideal el lugar donde la banda dio forma a “Deserter’s Songs”: las montañas de Catskill (región situada en el sudeste del estado de Nueva York), cuya atmósfera natural influyó en la ambientación de buena parte de sus canciones. Aunque también lo hizo la niñez de Jonathan Donahue, de la cual rescató fábulas infantiles y música clásica con la que había crecido y que le sirvieron de puntos de partida para dar un viraje a su método de composición, basado en esquemas rock.
Otro elemento fundamental en la transformación que estaban ejecutando Mercury Rev fue Dave Fridmann, que actuó en doble calidad de productor y pegamento afectivo. Antiguo componente de la banda, ya había contribuido a reducir el peso de la distorsión eléctrica y de los delirios psicodélicos en “See You On The Other Side”, pero en “Deserter’s Songs” sublimó su labor al dotar su sonido de un encantador clasicismo y una inusitada nitidez adornada por cuerdas, metales, vientos y otros arreglos detallistas. La presencia de Levon Helm y Garth Hudson de The Band en las sesiones de estudio ayudaron a que el proceso avanzase en la dirección correcta.
Así que, poco a poco, entre las cumbres y los bosques de Catskill, se dieron las condiciones perfectas para que Mercury Rev se reencontraran a sí mismos en pleno estado de gracia. Incluso Donahue decidió desempolvar y rematar una vieja composición datada en 1989 -cuando aún era miembro de The Flaming Lips-, aunque al principio no estaba convencido de ello.
Se trataba de “Goddess On A Hiway”, uno de los singles paradigmáticos de “Deserter’s Songs” que define el tono del álbum: onírico y evocador, propio de un tiempo pasado y de un espacio mágico. El otro sencillo que mejor condensa las virtudes del LP es “Holes”, en el que destaca, además de su delicado armazón y su melodía melancólica, la aguda voz de un Donahue que parece transmitir -con más claridad que nunca- la sensación de angustia de una banda que estaba al borde del abismo.
Si se analizan varios de los versos que él interpreta a lo largo del disco, se aprecia que “Deserter’s Songs” posee un espíritu escapista, que refleja las ansias del grupo de huir de la atormentada realidad que vivía e incluso de sus propias raíces en Nueva York, cuyos lugares, símbolos e historias habían aparecido a menudo, de una manera evidente o velada, en sus textos. La combinación de ese deseo de evasión hacia una dimensión supraterrenal y del desarrollo de una especie de sueño musical propició que “Deserter’s Songs” pareciese estar confeccionado con retazos de un relato de tintes góticos de Mary Shelley, de una vieja animación de Disney en blanco y negro y de un cuento navideño de Charles Dickens.
“Deserter’s Songs” es una fantasía fascinante que se balancea con suavidad entre el chamber pop y el rock sinfónico extremadamente depurado cuyo halo de romanticismo envuelve la dulce nana “Tonite It Shows”, los interludios que parecen fragmentos de un disco de pizarra reproducido en un primitivo gramófono, la siniestramente exultante “Opus 40”, la narcótica “Delta Sun Bottleneck Stomp”, la bucólica y luminosa “Endlessly”…
Los once cortes del álbum demuestran que Mercury Rev lograron alejarse del precipicio para abandonar el caos que los había engullido. Su grabación y edición (a través de V2, discográfica de corta vida en aquel momento) materializaron un verdadero acto de supervivencia repleto de belleza, hechizo e intimismo y salpicado de texturas etéreas que, finalmente, desembocó en un acto de justicia poética: cuando pensaban que todo el mundo los ignoraría, Mercury Rev obtuvieron la notoriedad que el destino les había negado tres años antes.
De esta forma, “Deserter’s Songs» significó (otra vez a contracorriente…) la resurrección de Mercury Rev, inmersos en un agujero autodestructivo del que salieron para erigirse en faros guía del dream-pop, sobre todo en Europa. Veinte años después de situarse como uno de los mejores discos de aquel 1998 y de la década de los 90, continúa siendo una de las piedras filosofales del género y una de sus principales fuentes de inspiración, aunque desde entonces ha sido una obra muy difícil de copiar debido a sus conceptos sonoros y líricos tan singulares.
El 29 de septiembre se cumplirá oficialmente el vigésimo aniversario de “Deserter’s Songs”. Y, precisamente este mes, antes de que llegue esa fecha, Mercury Rev celebrarán la efeméride en España mediante una gira en formato acústico en la que traerán al presente “las fuerzas que casi acabaron con la banda y los extraños acontecimientos que nos condujeron a un inesperado regreso” repasando desde una perspectiva muy especial su repertorio y de la que hablamos hace unos días en nuestra agenda de conciertos. Mucho ojo, por cierto, con su parada en Galicia: será el próximo 18 de septiembre en el Auditorio Afundación de Vigo, dentro de la programación del ciclo Galicia Importa. [Más información en la web de Mercury Rev // Escucha «Deserter’s Songs» en Apple Music y en Spotify // Consulta todas las fechas de la gira del 20 Aniversario de «Deserter’s songs» en nuestra agenda de conciertos del mes de septiembre]