Ante el chorreo entrepiernil que supuso el sample mix con el que TNGHT se presentaron en sociedad, cabía arquear una ceja y desconfiar: ¿iba a ser esto el equivalente musical a esos trailers en los que te lo explican todo y te extirpan la gracia de ver la película entera? ¿Como el trailer de una nueva comedia americana en la que queman todos los cartuchos de los mejores gags? ¿Como el trailer de un film de terror en el que incluso acaban plantándote en la frente quién es el puñetero asesino? Y es que aquellos cinco minutos, mezclados y remezclados por las dos cabezas pensantes de TNGHT, dejaban sin aliento: cuando todavía no habías tenido tiempo de decir «esta lefa es mía», Hudson Mohawke y Lunice ya te habían penetrado con otro torpedaco musical. Así que lo normal era pensar que, teniendo en cuenta que aquello duraba cinco minutos y que le EP alarga el petting hasta tan sólo un cuarto de hora, lo de «TNGHT» (Warp / PIAS Spain, 2012) bien podía quedarse en uno de esos casos de «el trailer era mejor».
Pero, digámoslo ya y quedémonos tranquilos: «TNGHT» es mejor que su trailer. De hecho, es muchísimo mejor que su trailer. O que su sample mix, vaya. Y es que si los temas funcionaban apretaditos como siete actrices multiétnicas en el minúsculo ascensor de una peli porno, en su versión extendida (o «director’s cut» si seguimos con el rollo cinematográfico) se expanden como una orgía en una bucólica campiña bañada por la luna llena y con musicón electrónico marcando el ritmo marcial del mete-saca. Porque de musicón se trata, al fin y al cabo, la entente cordiale entre Hudson Mohawke y Lunice, quienes siguen dándole caña a un post-wonky al que engalan con las teselas de las ruinas de un hip-hop abstracto como si de un mosaico loquísimo se tratara. «TNGHT» atrapa el escurridizo zeitgeist del jinchismo de último cuño de UK en cinco temas impecables: «Top Floor» abre el EP con misterio samurai, como si estuviéramos adentrándonos en una versión guay de verdad de «Crying Freeman» y no la mierda aquella que nos vendieron hace unos años; «Goooo» no tarda en poner las cartas sobre la mesa con unas palmas y percusiones marciales, con ráfagas electrónicas piyulistas y con zumbidos de extrarradio; «Higer Ground» se pitorrea del new soul llevando una voz femenina negra al paroxismo de lo ridículo y dejándole caer encima unas pseudo-trompetas que anuncian de nuevo el reinado del bass más gordaco; «Bugg’n» te toca las pelotas con el gritito de placer de un niño mientras se afana en el desarrolo minimalista de una melodía alucinada al ralentí; y, finalmente, «Easy Easy» se erige como el temarral del EP cuando transforma sus pitiditos y sus vocecillas de duende tocacojones en una bola de demolición final contra tus cinco sentidos.
Parece, al fin y al cabo, que Ross Birchard y Lunice Fermin Pierre I! juegan a llevar hasta el límite tu paciencia como poligonero de alma y espíritu: los detalles y sonidos molestos abundan en «TNGHT«, pero los dos lumbreras consiguen emplearlos con la sabiduría de un cocinero de alto copete que sabe la cantidad milimétrica de especias que ha de añadir a sus platos para que exploten en el paladar. Porque puede que aquel sample mix fuera como los de las mencionadas comedias y horror movies, pero lo más certero es seguir con la metáfora porno: aquel trailer dejó el argumento de esta peli x al descubierto, pero para ver las tetas y los chochos y las pollas lo mejor es disfrutar del film al completo. Y, en este caso, no se vale pasar hasta las corridas finales: esto es una corrida continua.