Si se midiera el éxito de un grupo en función del número de páginas ocupadas y portadas protagonizadas en determinado semanario musical (pongamos por caso el NME), The Vaccines tendrían todas las papeletas para llevarse el premio al nombre más repetido y con mayor impacto y difusión en el mundillo del pop-rock alternativo durante el primer semestre de 2011. Es más, esa franja temporal se podría ampliar a los últimos meses de 2010, cuando la citada revista británica puso toda su maquinaria en marcha con el objetivo de encumbrar a estos jovenzuelos procedentes de Londres: Justin Young, voz; Freddie Cowan, guitarra y hermano de Tom, miembro de The Horrors -y esto es algo que funcionó como efectivo altavoz publicitario de la formación-; Árni Hjörvar, bajo; y Pete Robertson, batería. Razones no faltaban para creer seriamente que, por una vez, la ombliguista prensa de las Islas no se equivocaba en su enésima apuesta por la nueva next big thing, ya que el cuarteto poseía como primeras muestras de sus posibilidades canciones tan potentes como “Wreckin’ Bar (Ra Ra Ra)” y “Blow It Up”, que hacían pensar en claras referencias del pasado: en la primera, no cuesta imaginarse a los Ramones tarareando la melodía a pleno pulmón en un pub cualquiera con una mano agarrando una buena jarra de cerveza y con la otra recreando un puño en alto; en la segunda, se perpetra un pequeño homenaje al “I Should Have Known Better” de The Beatles con el tempo rebajado y las guitarras bañadas por el océano que refresca las playas californianas.
Sin embargo, no tenía demasiado sentido introducir a The Vaccines en el eterno juego de las comparaciones ni tampoco en el de las negativas imposiciones como sucesores de determinada banda (¿Arctic Monkeys?) o reyes de una escena o generación en concreto. Mientras la crítica perdía el tiempo encajando las piezas de esas especulaciones, los londinenses, parafraseando cierto eslogan publicitario, no fueron tontos: el caramelo proporcionado por los medios de su país (la BBC los había incluido en tercera posición dentro de su prestigiosa lista-anticipo de los artistas a seguir en 2011) era lo suficientemente dulce y apetitoso como para desaprovecharlo… Y no lo rechazaron. Cuando el presente año todavía balbuceaba, The Vaccines se encontraban en boca de todos los cultivados en la materia indie y eran el must de la temporada, lo que provocó que varias celebridades se acercaran con curiosidad e interés a sus conciertos. De este modo, la base ya estaba construida; sólo faltaba lo más importante: el ansiado disco de debut, a poder ser, con la capacidad de prolongar las bondades del sonido que había ido expandiendo y fortaleciendo su imagen.
Entre tanto ruido mediático y esperanzas por cumplirse acabó llegando, por fin, “What Did You Expect From The Vaccines?” (Columbia / Sony, 2011), de título tan llamativo como elocuente, que refleja la gran cuestión relacionada con el propio grupo y su ópera prima. Las respuestas son tan numerosas y variadas (desde las más eufóricas hasta las más desconfiadas) como el número de oyentes que cataron y catarán su contenido, pero es innegable que el álbum, en conjunto, se situó a la altura de las circunstancias. Tuvo bastante que ver en ello que su presentación en sociedad la presidiese la enorme “Post Break-Up Sex”, himno de indie-pop entre garagero y post-punk que describe a la perfección (siguiendo la línea de la fina pluma costumbrista de un Jarvis Cocker rejuvenecido) los efectos (unas veces, gratificantes; otras, desastrosos) de recurrir al sexo como alivio a una ruptura sentimental. Junto a ella apareció la vibrante “If You Wanna”, fiel retrato de la querencia de The Vaccines por los ritmos surferos clásicos y actuales.
Si sumamos los cuatro temas comentados, obtendremos el corpus central de este LP. Pero en su superficie hay mucho más que rascar, comenzando por los ecos spectorianos de “A Lack Of Understanding” (hábil prolongación de “Post Break-Up Sex”) y “Wetsuit” más la incitación al pogo desenfrenado que transmite “Norgaard” (hermana gemela de “Wreckin’ Bar (Ra Ra Ra)”, dada su brevedad y aceleración). Con todo, los parámetros ya expuestos que ayudan a comprender genéricamente el origen y el significado de “What Did You Expect From The Vaccines?” se rompen en cuanto se ataca su tramo final. En la variedad reside el gusto, y bien lo saben The Vaccines. De ahí que se atrevan a merodear por los senderos oscuros del rock de los 80 (“All In White”), mezclen elementos smithsonianos en una misma toma (“Wolf Pack”) y sepan cocinar a fuego lento arpegios progresivos culminados por un noise furibundo deudor de The Jesus & Mary Chain (“Family Friend”). Incluso el corte oculto que cierra la puerta de este disco, con la voz de Young acompañada únicamente por un piano, demuestra que el cuarteto también posee mimbres para tejer composiciones frágiles y sensibles, alejadas de su tensión febril habitual.
A partir de aquí, sólo el tiempo dirá si de verdad The Vaccines se convierten en algo más que la última promesa llamada a dominar el pop-rock anglosajón en un futuro próximo y si disponen de las suficientes armas para evitar ser devorados por el síndrome The Strokes (aquel que tiene que ver con el hype y sus nefastas consecuencias). Al menos, por el momento lograron superar en varios metros el listón que antes habían dejado colocado medianías del estilo de The View. Eso facilitará las cosas cuando deban justificar que, aunque se les meta en el mismo saco que los hermanos ficticios de apellido ramoniano, los cuatro chicos de Liverpool con flequillo y trajes de talle estrecho y los monos árticos, The Vaccines son, simplemente, ellos mismos.
THE VACCINES – ALL IN WHITE from WAAAU.TV on Vimeo.