Pensemos en una de las bandas y en uno de los mejores discos de la pasada década. Pensemos además en una de las voces más reconocibles del indie pop americano, en algunas de las melodías más pegadizas que probablemente hayamos escuchado en tiempo, incluso en los recuerdos que nos vienen a la cabeza con sus composiciones: seguramente pocos sean capaces de traernos a la mente tantos buenos momentos como los que evocan estos chicos… Al menos en un servidor. Hablamos de The Shins, una banda que pese a haber publicado su primer álbum en 2001 llevan unos cuantos años más en la industria bajo el nombre de Flake Music, que básicamente fue cómo James Mercer decidió bautizar a su primer proyecto allá a principios de los años 90, cuando el indie americano empezaba a levantar el vuelo de la mano de gente como Modest Mouse o Dinosaur Jr.
Hicieron falta unos cuantos años (bien empleados) para que el músico de Albuquerque diese con las once canciones que compondrían el primer disco de sus Shins, un «Oh, Inverted World» (SubPop, 2001) que, a la postre, sería elegido por muchas publicaciones especializadas como uno de los mejores trabajos de la pasada década. «Chutes Too Narrow» (SubPop, 2003) llegó quizás demasiado pronto, y no soportó demasiado bien las comparaciones con su predecesor, lo que hizo que Mercer se pensara mejor su siguiente paso y se tomara el tiempo suficiente para sacarse de la manga un ensoñador «Wincing The Night Away» (SubPop, 2007) con el que volvió a recuperar todos los adjetivos que habían desfilado seis años antes para ese pop idílico y esa enternecedora voz capaz de inundar todas sus composiciones de una inocencia nunca antes vista. Mercer decidió entonces desviarse puntualmente hacia la electrónica, y para ello se embarcó en un proyecto con Danger Mouse, con el que, como muchos sabréis, creó Broken Bells y grabó un disco con el que seguramente dio riendo suelta a muchas de sus inquietudes artísticas que, por restricciones del guión, no acababan de encajar en su banda principal. O sí.
En este contexto llega «Port of Morrow» (Columbia, 2012), cuarto disco de estudio de los de Nuevo México y primero tras el proyecto paralelo de su líder, que inevitablemente tiene cierta influencia aquí. No hay más que escuchar el alegre inicio de la mano de la genial «The Rifle’s Spiral» y el single «Simple Song» para darse cuenta de ello, a pesar de que las señas de identidad de toda la vida de The Shins sigan presentes. Es más, si alguien tiene dudas puede saltar directamente a «September«, tema que podría haber sido compuesto perfectamente hace unos cuantos años y que presenta una similitud asombrosa con esa «The Past and Pending«, quizás una de las mejores canciones que hayan compuesto jamás. En «No Way Down«, Mercer parece cantar para Broken Bells; y en «For a Fool» vuelve a recuperar sus coordenadas más clásicas… Y es que así es como, a grandes rasgos, transcurre el resto del trabajo, situado siempre a medio camino entre los rasgos estilísticos de esos dos proyectos que ya conocemos.
No deja de ser previsible, pues es algo que ya se veía venir en algunos momentos puntuales de «Wincing The Night Away«. Y, pese a que haríamos mal en despreciar las canciones de corte más electrónico de este cuarto trabajo, no cabe duda de que el punto fuerte o al menos nuestra versión favorita del ahora quinteto sigue siendo la pop: esa versión capaz de, con los recursos mínimos, inventarse cuatro acordes a partir de los cuales encajar un entramado melódico sorprendente. De cualquier manera, y como ya hemos comentado, «Port of Morrow» viene a compartir las cualidades principales de las dos vertientes que los americanos habían adoptado hasta ahora, pero da la sensación de que a Mercer le está empezando a tirar algo más los sintetizadores que la acústica, algo que, siendo respetable, a los más tradicionales no nos acaba de convencer en una banda como The Shins. Y es que habiendo grabado un disco notable, a uno se le queda la sensación de lo que habría podido ser y no fue, pues sigue quedando patente en varias ocasiones aquí que, cuando a Mercer le da por hacer aquello con lo que nos ganó hace ya unos añitos, sigue siendo uno de los músicos aventajados de los Estados Unidos.