Hace unos meses, Astiberri publicaba en nuestro país «Cómo Saber Si Tu Gato Planea Matarte» y nos daba la excusa perfecta (en este post) para hablar de Matthew Inman, el hombre al frente de esa The Oatmeal que tanto desparrame y risotadas nos ha regalado en los últimos tiempos. Aquel cómic se ha revelado como un superventas que ha forzado su pronta reedición… Pero, evidentemente, los chicos de Astiberri no se iban a detener aquí. Básicamente porque The Oatmeal es un filonaco tremendo que merece y debe ser explotado, sobre todo porque una vez el público español haya entrado en contacto con su obra va a querer más y más y más y más. Así que abracemos con fuerza la «continuación» (que realmente no es continuación, la verdad) de «Cómo Saber Si Tu Gato Planea Matarte«: «Mi Perro: Esa Paradoja» acaba de salir a la calle de nuevo de la mano de Astiberri y, señores y señoras, prepárense para una fiebre similar a la del provocado por el libro de los gatetes.
No es para menos: si de los felinos se ponía en solfa esa capacidad que tienen de que se la sude el mundo entero y que miren su entorno con desconfianza, en el caso de los perros el acento recae sobre ese incombustible entusiasmo con el que afrontan absolutamente todas las facetas de su vida, ya sea su relación con su propio amo o su obsesión con una bicicleta que pasa a su lado. El mismo Matthew Inman explica la génesis de «Mi Perro: Esa Paradoja» con unas palabras entre graciosas e inquietantes: «Un perro es el mejor amigo del hombre, ¿pero qué es el hombre para el perro? ¿Qué piensa de mí, un mamífero con pinta de torre que lo colma de regalos comestibles, masajes y amor? ¿Son mutuos nuestros sentimientos? ¿Me quiere tanto como yo a él? Traté de preguntárselo en una ocasión y me respondió lamiéndose las pelotas«. Sólo por este discurso, a nosotros ya nos ha convencido para comprar su cómic.