Hay que agradecer que existan grupos como The Go! Team, colectivo musical cuya única pretensión es, simple y llanamente, refrescar oídos, despejar mentes y dislocar extremidades a base de collages pop-hop-funk explosivos y coloristas. Esta receta la vienen practicando desde el mismo momento de su fundación, allá por el año 2000 (con polémicas judiciales incluidas debido al uso ilegal de ciertos samples), en… Brighton. ¡Sí, otra vez Brighton! Los asiduos de FPM ya sabrán que dicha ciudad británica parece nuestra nueva obsesión tras repasar durante enero los últimos discos de otros dos destacados combos procedentes de ese lugar: British Sea Power y Fujiya & Miyagi (y, atención, que aún nos queda por hincarle el diente a la representación neogótica brightoniana: Esben And The Witch). Los datos muestran que algo se está moviendo en ese enclave costero, aunque seguro que de un modo diferente al motor que propulsa el cerebro de Ian Parton, líder y padre creador de este sexteto británico, cuyas raíces bien podrían proceder de un origen muy lejano, al otro lado del Atlántico… Cuando medios de comunicación y público supieron de la existencia de The Go! Team gracias a su espectacular estreno, “Thunder, Lightning, Strike” (Phantom Import, 2004), la primera impresión que tuvieron fue la de presenciar el arranque de una banda novata salida de cualquier suburbio de Philadelphia o barrio escondido de Nueva York enganchada a los sonidos negros de esos pagos, al funk más puro y lúdico, al blaxplotation sin carga sexual (si eso es posible) y al rap old school universalizado por The Sugarhill Gang o Grandmaster Flash. Visto con un poco de ironía, este parece un caso similar al de sus vecinos Fujiya & Miyagi, cuya envoltura de tintes germánicos los distancia unos cientos de kilómetros de su Brighton natal… ¿Será que quieren ser cualquier cosa menos súbditos de su carcamal Majestad Isabel II?
Es más que probable que The Go! Team no se preocupen de esas cuestiones, al menos por lo que se desprende del mensaje de sus canciones, tan deliciosas y chispeantes como una piruleta embadurnada en polvos pica-pica o una tonelada de regaliz dulce. Quien no se haya quedado con ese sabor de boca tras mascar a conciencia “Ladyflash”, “The Power Is On”, “Grip Like Vice” o “Doing It Right” (estos dos últimos temas pertenecientes a “Proof Of Youth”; Shock, 2007), es que está hecho de piedra o tiene el paladar atrofiado. La amalgama estilística de la que se componen esas gominolas refleja la sapiencia musical del propio Parton y el espíritu rebelde y vitalista inherente a su grupo, tan difícil de clasificar como fácil de seguir… y quedarse atrapado en él. ¿Cómo podríamos definir sus arrebatos sónicos? ¿Happy sweet black sound, tal vez? Sea cual sea la etiqueta que se elija, lo que no se puede negar es que cada disco de The Go! Team funciona como un torrente de proclamas e incitaciones a conquistar las calles, a grito pelado de alegría, bajo el mando de varias cheerleaders descocadas: si toda manifestación pública fuese así, el mundo caminaría de otra manera. Pero, desgraciadamente, la realidad se torna mucho más dura y gris, por lo que este ecléctico “Rolling Blackouts” (Memphis Industries / Nuevos Medios, 2011), tercer LP del combo, se convierte automáticamente en un buen antídoto contra las penurias que nos rodean al envolverlas en papel de celofán y entregarlas a la humanidad con otro aspecto: optimista y radicalmente feliz.
Este estado de enajenación positivista transitoria (o no) continúa en el punto donde se había quedado “Milk Crisis” (cara B del single “Doing It Right” -Memphis Industries, 2007-, con videoclip propio, que hasta la fecha era la referencia más reciente del sexteto) gracias a “T.O.R.N.A.D.O.”, la cual, como su título indica, arrasa con todo lo que se le ponga por delante, serpenteando sobre veloces rapeos, skratches de vinilo de segunda mano y fanfarrias interpretadas a todo volumen. Todo lo que viene después no se desvía de esa línea, a la que se suman palmas, panderetas y cantos (entre adultos e infantiles) a una vida mejor, disfrutada en technicolor, que es a lo que invitan “Secretary Song”, “Apollo Throwdown” y “The Running Range”. El irresistible aroma a los últimos 70 y primeros 80 cubre todo el minutaje de “Rolling Blackouts”, aunque también hay reminiscencias a los 60, como en “Ready To Go Steady” o qué ocurriría si pusiésemos a Martha And The Vandellas sobre un escenario del Barrio Sésamo original, el de hace cuatro décadas. ¿Y si hiciésemos un truco similar, pero plantando en ese decorado, junto a Elmo, Tricky, Coco, Epi y Blas, a alguno de esos grupos liderados por bellas féminas pertenecientes a la new-wave californiana de baja fidelidad? Obtendríamos la enorme “Buy Nothing Day” (¡como que la canta la gran Bethany Cosentino!) y la eléctrica “Rolling Blackouts”. Entre medias, hay también momentos para el relajo relativo, a través de interludios instrumentales nada desdeñables, sobre todo “Yosemite Theme”, una pieza construida sobre metales de viento, cuerdas y una esponjosa harmónica que podía haber tocado el mismísimo Burt Bacharach como regalo para alguno de sus nietos durante una de sus fiestas de cumpleaños.
Sin embargo, al igual que suele suceder en las grandes celebraciones, se llega pronto al final y, a veces, de forma abrupta. Ian Parton lo sabe, y después de recoger todo el confeti con gran pesar en su corazón, no le quedó más remedio que anunciar hace escasos días que la aventura de The Go! Team no seguirá más allá de este año. Por eso, llegados a “Back Like 8 Track”, corte final de “Rolling Blackouts”, aparece un agridulce sentimiento de despedida, que obliga a recordar cuándo y cómo empezó toda su historia siete años atrás con “Ladyflash”. Pongámosla una vez más sobre el tocadiscos y que gire y gire sin parar… Os echaremos de menos. ¡Equipo! ¡Vamos!