[dropcap]R[/dropcap]OCA EDITORIAL. Lo nuevo: «El Libro del Cementerio», de Neil Gaiman. La editorial dice: «El primer volumen de los dos que componen esta fantástica adaptación a novela gráfica de la novela de Neil Gaiman, ganadora de la medalla Newbery y best seller internacional. Adaptada a este formato por P. Craig Russell e ilustrada por él mismo y un equipo de excelentes artistas como Tony Harris, Scott Hampton, Galen Showman, Jill Thompson y Stephen B. Scott, esta es una interpretación visual espectacular que lleva a «El Libro del Cementerio» a otro nivel. «El Libro del Cementerio» cuenta la historia de un bebé consiguió escapar del asesino que había acabado con su familia a sangre fría y refugiarse en un cementerio, donde los espectros del camposanto le adoptan y protegen. En su nuevo hogar, con sus nuevos fantasmales padres, el bebé será rebautizado con el apelativo odiseico de Nadie Owens. De ese modo entra a formar parte, como ciudadano honorífico, del ultramundo del cementerio, un lugar declarado reserva natural en el que habitan más de 10.000 almas desde hace centenares de años. Y que no puede abandonar, porque si lo hace el hombre que asesinó a su familia volvería a por él…» [Fecha de lanzamiento: 2 de octubre]
Lo viejo: «Cómo Todo Acabó y Volvió A Empezar», de E.L. Doctorow. Digo yo… Sólo por reivindicar que Gaiman no es el escritor freak que muchos quieren ver, sino uno de los valores más imprescindibles de nuestras letras presentes, me tomo la libertad de ponerlo al lado de un grande entre los grandes: E.L. Doctorow.
[dropcap]S[/dropcap]EIX BARRAL. Lo nuevo: «La Historia Silenciosa», de Horowitz, Derby y Moffet. La editorial dice: «En los primeros años del siglo XXI, una generación de niños nace con una extraña enfermedad: el silencio. Son aparentemente normales, su única particularidad es que no hablan, no comprenden y son incapaces de relacionarse por las vías tradicionales. Mientras los casos aumentan hasta alcanzar niveles epidémicos y surgen miles de teorías, los «niños silenciosos» empiezan a crear fuertes vínculos entre ellos. Pero ¿puede la sociedad aceptar que un grupo cada vez más numeroso cree su propio mundo? Los niños no pueden explicarte su historia. Lo que tienes entre las manos es el testimonio de aquellos que los rodean -padres, maestros, médicos, científicos, líderes religiosos-, que dan cuenta de un fenómeno tan extraño como fascinante. A través de sus palabras seguimos el destino de esta nueva generación, las investigaciones y misterios que los rodean. El resultado es una novela coral de lectura trepidante. «La Historia Silenciosa» fue concebida originalmente como una aplicación móvil, galardonada con el Webby Award y el Best Apple’s App. Ahora, sus tres autores, Eli Horowitz, Matthew Derby y Kevin Moffett la han convertido en una ingeniosa novela repleta de imaginación.» [Fecha de lanzamiento: 14 de octubre]
Lo viejo: «El Ruido Eterno», de Alex Ross. Digo yo… ¡Vale! ¡Lo reconozco! Era demasiado tentador no recomendar «El Ruido Eterno» junto a un libro titulado «La Historia Silenciosa«… Y, sí, el de Alex Ross en un ensayo sobre la historia de la música y nada tiene que ver con el de Horowithz, Derby y Moffet, pero es un tomo que absolutamente todo el mundo debería leer. Punto en boca.
[dropcap]S[/dropcap]EXTO PISO. Lo nuevo: «Los Reconocimientos», de William Gaddis. La editorial dice: «Wyatt Gwydon, protagonista de la novela, es un pintor que aún cree en el sentido del arte, en un siglo en el que éste parece estar siendo desplazado, eclipsado, viciado; pero paradójicamente Gwydon es incapaz de crear nada nuevo u original. Su habilidad reside en copiar minuciosamente a los maestros flamencos, y a ese gesto interminable y reiterado, el de construir una realidad desde el préstamo, entrega su existencia: la suya es la tragedia de quien no encuentra más salida que la restauración de un clasicismo que ya no cree posible. «Los Reconocimientos» es una de las obras maestras de Gaddis y, como no se han cansado de señalar escritores de la talla de William Gass, anticipó gran parte de la mejor ficción literaria que estaba por venir (Pynchon, Heller, DeLillo, Foster Wallace, etc.) Objeto del más justificado de los cultos, así como de enconadas polémicas -es célebre el caso de Jack Green y sus artículos incendiarios defendiendo la obra-, esta novela cimentó la grandeza de un escritor que nunca dejaría de entregar obras de altura.« [Fecha de lanzamiento: 3 de noviembre]
Lo viejo: «Algún Día Escribiré Sobre África», de Binyavanga Wainaina. Digo yo… Después de una buena ración de literatura 0ficial americana (y todo lo que implica a la hora de alimentar el discurso oficial), siempre va bien mirar hacia otros continentes, otras plumas, otras voces.
[dropcap]T[/dropcap]USQUETS. Lo nuevo: «La Fiesta de la Insignificancia», de Milan Kundera. La editorial dice: «Proyectar una luz sobre los problemas más serios y a la vez no pronunciar una sola frase seria, estar fascinado por la realidad del mundo contemporáneo y a la vez evitar todo realismo, así es «La Fiesta de la Insignificancia«. Quien conozca los libros anteriores de Kundera sabe que no son en absoluto inesperadas en él las ganas de incorporar en una novela algo «no serio». En «La Inmortalidad«, Goethe y Hemingway pasean juntos durante muchos capítulos, charlan y se lo pasan bien. Y en «La Lentitud«, Vera, la esposa del autor, dice a su marido: «Tú me has dicho muchas veces que un día escribirías una novela en la que no habría ninguna palabra seria… Te lo advierto: ve con cuidado: tus enemigos acechan». Pero, en lugar de ir con cuidado, Kundera realiza por fin plenamente en esta novela su viejo sueño estético, que así puede verse como un sorprendente resumen de toda su obra. Menudo resumen. Menudo epílogo. Menuda risa inspirada en nuestra época, que es cómica porque ha perdido todo su sentido del humor. ¿Qué puede aún decirse? Nada. ¡Lean!« [Fecha de lanzamiento: 2 de septiembre]
Lo viejo: «La insoportable Levedad del Ser», de Milán Kundera. Digo yo… Kundera sólo puede ser recomendado junto a Kundera. Así de grande es este hombre. Y si hay que remitirse a algún otro título del autor, «La Insoportable Levedad del Ser» puede que sea obvio a más no poder, pero también efectivo hasta decir basta.