OLELORELEI, de Soleá Morente. Solo faltan unos meses para que se confirme si «Ole Lorelei» de Soleá Morente es el disco nacional del año o no… Nosotros decimos que sí. Y el nuevo videoclip para el temón de la vida que es «Olelorelei» así lo atestigua: un canto de amor a Granada que, a su vez, es un canto de amor al flamenco pop de los 70 que te deja muy pero que muy loco. De verdad, este está siendo el año de Soleá.
SEÑORES, de Rusos Blancos. «Bailando Hacia El Desastre» es el nombre del próximo disco de Rusos Blancos, que se editará el 19 de octubre y que ya hace tiempo que toma forma en el horizonte. Ahora, de hecho, «Señores» aparece como tercer single que encapsula el espíritu de Rusos Blancos al mil por cien: melodías de pop de esas que te elevan el alma hacia el cielo y letras destinadas a ser himnos generacionales. Ni más. Ni menos.
STAY, de Cat Power. Mira, ¿sabes una cosa? Que a Cat Power se la suda lo que piense yo, lo que pienses tú y lo que piense la industria musical. Y si alguien opina que es raro que un single de adelanto de su nuevo disco (que se titulará «Wanderer» y se publicará el próximo mes de octubre) sea una versión de otro artista, eso es porque no ha escuchado esta joyita que deja el «Stay» de Rihanna en puro esqueleto. Escalofríos, chiquis. Puros escalofríos.
TRANZ, de Gorillaz. Una de las injusticias recientes de la actualidad musical ha sido ignorar que «The Now Now» es, más que probablemente, uno de los mejores discos de Gorillaz. Vale, cuesta superar la bajuna de «Humanz«… Pero, con un poco de suerte, vídeos (y temazos) como este «Tranz» volverán a ponerlos sobre la pista del éxito masivo. Porque lo merecen. Hoy más que nunca.
VENICE BITCH, de Lana del Rey. No hace ni una semana que Lana del Rey compartía su «Mariners Apartment Complex» (que puedes escuchar aquí) y, hoy mismo, entrega su segundo «himno de finales del verano«. Se titula «Venice Bitch«, vuelve a estar producido por Jack Antonoff, es el adelanto de un nuevo disco que se titulará «Norman Fucking Rockwell«… y, ojito, porque es una jodida maravilla de casi diez minutos con una Lana que nunca habíamos escuchado tan cómoda en la digresión pura y dura.