Al final parece que toda la polémica en torno a «Matangi» (Interscope, 2013) va a llegar a su fin… Si se lo han tirado para atrás desde la discográfica una o quince veces, es algo que nunca sabremos del todo (por mucho que nos ponga muy palote especular al respecto). Si M.I.A. llegó a unas cotas de locura dignas de Lovecraft en las primeras demos (es decir: una locura que no se puede describir con palabras escritas porque la humanidad no está preparada para asimilarlo), tampoco lo sabremos más allá de la leyenda urbana. Pero lo que está claro es que parece que, finalmente, Interscope ha dado la luz verde a «Matangi» y que el nuevo disco de la diva multicolor, multiétnica y multipsicótica se lanzará de forma oficial el próximo 5 de noviembre. Que nadie se froten las manos: todavía quedan dos meses y nadie asegura que, tarde o temprano, M.I.A. no se plante en las oficinas de su sello con millones de cambios loquísimos y allá le digan de nuevo «mira, cuqui, que antes sacamos el sophomore de Jesulín que esto«. Y vuelta a empezar.
Sea como sea, el hecho de que por fin podamos escuchar una canción hecha y derecha de ese mismo «Matangi» parece augurar lo mejor. Y no es sólo una canción hecha y derecha: es un locurón tremendo que, a la vez, resulta catchy, bailable y asimilable para la gran masa. «Come Walk With Me» empieza como si fuera pop radiable ochentoso a más no poder. Y, justo cuando te estás planteando «¿qué coño es esto?», M.I.A. saca las plumas (nunca mejor dicho) y la canción se transforma en una odisea worldmusiquista fascinante que parece salida directamente de unos autos de choque de las fiestas mayores más infectas de un pueblo perdido en las afueras poligoneras de Bombai. Todo esto dicho, por cierto, como el mayor de los respetos. Y como un honor máximo.