En unos tiempos en los que parece que la mayor parte de bandas optan por la purpurina y los disfraces vistosos para atraer la atención, para hacer más duro su impacto contra una audiencia cada vez más pasada de vueltas, Animic apuestan más bien por desnudar, por despojar su música y despojar su propuesta hasta lo básico. Suponemos que esta formación tiene que ser de la opinión que lo mínimo, cuando es sincero, es mucho más impactante que un máximo preñado de falsedad y luces de neon. Y así vuelven a dejarlo claro en el videoclip que Nikita Routchenko les ha dirigido para su temazo «Shoot’em Up«, que es ni más ni menos que el encargado de echar el cierre a ese sublime «Hannibal» (Bcore, 2013) en el que Animic han dado su puñetazo definitivo sobre la mesa de una música patria que no es folk, no es rock, no es pop… Es, simple y llanamente, Animic.
Cualquiera que conozca el tema «Shoot’em Up» seguro que se ha formado mil y una historias en la cabeza, mil y una imágenes que muy bien pueden estar teñidas de los colores de una guerra. Así de evocadora es la música de Animic. Para este videoclip, sin embargo, Routchenko opta por la aproximación frontal a la banda, grabándolos a ellos y a sus instrumentos en planos muy cerrados de iluminación dura y bicromía suave que multiplican la intensidad de esta canción que parte de un sosiego casi cósmico (de ahí el acierto de esos planos estelares que también pueblan la pieza) para acabar estallando en un par de ráfagas de violencia capaces de llevarse todo por delante. No vamos a repetir que a nosotros lo que hacen Animic nos parece de otra galaxia a años luz de lo que se cuece en nuestro país… Y no vamos a repetirlo porque este videoclip ratifica todo lo que siempre hemos creído al respecto de los de Collbató.