¿Es «Spider-man» la inauguración de un Universo Videojueguil de la Marvel a la altura de su Universo Cinematográfico? Nosotros decimos que sí…
Durante muchos años, hubo una especie de consenso a la hora de convenir que cualquier tipo de producción cinematográfica o televisiva basada en los personajes de la Marvel iba a ser algo absolutamente infecto. Mientras que en DC lo petaban dejando sus sucesivos «Batman» en manos de autores de renombre, desde la Marvel (o, bueno, desde los estudios que compraban los derechos de la Marvel) parecían empeñados en destrozar la vida de los fans de superhéroes tan queridos como Hulk, Capitán America, Los 4 Fantásticos o, claro, Spider-Man. Hasta que llegó Bryan Singer con «X-Men» y desde la Marvel parecieron pensar: «oye, pues a lo mejor esto se puede hacer bien, ¿no?«.
Y lo hicieron bien. En la última década, de hecho, la Marvel ha cogido el toro por los cuernos y no solo se ha propuesta conseguir llevar las riendas del trasvase de sus superhéroes desde la viñeta a la gran o a la pequeña pantalla, sino sobre todo se han propuesto petarlo de forma muy intensa tanto a nivel comercial como artístico. Se trata de contentar a los aficionados con películas de calidad, pero también de atraer a muchos otros nuevos fans potenciales que a lo mejor no han tenido nunca un cómic entre sus manos, pero que de repente son seguidores absolutos del Universo Cinematográfico de la Marvel, tanto en sus películas como en sus diferentes series.
Una vez conquistados el cine y la televisión, ¿cuál era la gran asignatura pendiente de la Marvel? Está clarísimo: los videojuegos. Y es que, de alguna forma u otra, los jugones siempre hemos asumido que un videojuego basado en un superhéroe va a ser una basura porque nunca será un proyecto genuino de un estudio que vuelca toda la ilusión en el título. Asumimos, por el contrario, que es un encargo y que, de hecho, puede que sea un encargo de segunda mano: un juego basado en un personaje que es de cómic pero al que se le hace un videojuego porque tiene una película en cartelera y hay que aprovechar el momentum. El horror puro y duro.
Esta percepción, sin embargo, acaba de cambiar gracias al «Spider-man» creado por Insomniac Games, que no está basado en la reciente película «Spider-man: Homecoming» sino que decide crear un mundo completamente nuevo que funciona totalmente independiente del Universo Cinematográfico de la Marvel. De hecho, el primer signo de interés por parte de Insomniac es huir de la facilidad de la adaptación de la peli. Pero es que el segundo signo de cariño es obviar por completo la fórmula más recurrida, que vendría a ser centrarse en la historia de cómo Peter Parker se convirtió en Spider-man. Sería perfecto y conveniente: el superhéroe tiene que acostumbrarse a sus poderes a la vez que el jugador también lo hace… Pero no.
Este «Spider-man» exclusivo para PS4 arranca precisamente ocho años después de que Parker fuera picado por la archiconocida araña que le transfirió sus poderes. Y eso significa, además, que Spider-man ya ha metido en la cárcel a muchos de sus más icónicos antagonistas: El Buitre, Rhino… E incluso Kingpin, ya que el juego arranca precisamente de forma vertiginosa obligándote a un chocante ascenso de la Fisk Tower e incluso a un duro enfrentamiento con el mismísimo Wilson Fisk. Dicho de otra forma: Insomniac podría haber empezado por el principio y proponer una curva de aprendizaje sosegada y facilona pero, por el contrario, opta por abrir «Spider-man» in media res y forzar al jugador a que se ponga al día cuanto antes mejor con las mecánicas de juego.
¿El resultado? Una verdadera maravilla que consigue que el jugador experimente una verdadera inmersión en el mundo de «Spider-man» en menos de un cuarto de hora. Y, a partir de aquí, la cosa incluso va mejorando. Digamos que, de alguna forma u otra, este título explora el punto equidistante entre «GTA IV» y la saga «Batman: Arkham«. La elección como ejemplo de la cuarta entrega de la saga «GTA«, por cierto, no es para nada casual, ya que el mapeado de ambas recrea una Nueva York basada en la ciudad real pero que, a la hora de la verdad, se toma un buen número de licencias para adaptarla al tipo de juego con el que vamos a encontrarnos.
En el caso de «Spider-man«, eso significa que en esta Nueva York encontramos edificios ficticios como la Torre de los Vengadores o la mencionada Fisk Tower: construcciones megalómanas que obligan al jugador a pensar la ciudad en vertical y no en horizontal. El modo en el que nos movemos dentro del mapa del juego apoya esta verticalidad: olvídate de coches o de carreras por callejuelas, porque en «Spider-man» podrás cubrir distancias realmente lejanas a base de continuos balanceos usando telas de araña (balanceos que son una versión mejorada de la sublime e hiperactiva mecánica de juego basada en grindeos de «Sunset Overdrive«, la anterior cumbre de Insomniac Games). Y lo mejor de todo es que la experiencia de este balanceo no es plana, sino que puede abordarse de formas completamente diferentes: puedes mantenerte a ras de suelo y forzar los límites de la velocidad o, por el contrario, puedes jugar a surcar los cielos aprovechando las acrobacias entre una tela de araña y la siguiente. Tú eliges. A veces, dependiendo de lo que te interese en el mismo juego. A veces, dependiendo de lo que te apetezca.
De la saga «GTA» también coge este «Spider-man» una estética urbana y poderosamente fardona con constantes toques de humor y un concepto de las misiones en las que un único hombre se enfrenta a ejércitos de esbirros armados hasta los dientes. De hecho, es imposible no pensar en las misiones de «Spider-man» como una versión hipermusculada y evolucionada de las misiones de «GTA V«. En este último título, Rockstar consiguió convertir cada misión en un pequeño gran hito en miniatura, obligando al jugador a cambiar continuamente su modo de jugar para adaptarse a lo que le pedían unas misiones pensadas desde la cinematografía pura y dura. «Spider-man» coge eso y lo pone a cámara rápida: incorporando los quick-time events en la mecánica de las misiones, al final resulta que cada una de ellas es una experiencia diferente, vibrante y sorprendente.
Y eso se agradece. A la vez que, de hecho, también tiene mucho que ver con la trilogía «Batman: Arkham«, que a su vez propuso un buen puñado de misiones memorables. La forma en la que Spider-man cae entre las bandas de malotes y reparte estopa es muy similar a la del Batman de aquella saga, sobre todo si comparamos la forma en la que el jugador va aprendiendo diferentes combos para enfrentarse a diferentes tipos de enemigos. También si consideramos el sentido arácnido que alerta al personaje de inminentes ataques letales. Pero, ojo, porque «Spider-man» es mucho más que un «Batman: Arkham» a la luz del día. El ritmo es diferente (Batman, por naturaleza, es un ser de la calma, mientras que Spidey es una bola de energía cinética), y la forma de avanzar en el argumento de Peter Parker consigue una mejor ilusión de mundo abierto.
Claro que, por otra parte, hay en «Spider-man» muchas excusas para ignorar el argumento lineal. Cuando se abre el juego, lo primero que debe hacer el jugador es volver a sintonizar las antenas repartidas por todo Manhattan para, al modo de «Assassin’s Creed«, tener una visión completa del mapeado. Estas torres, además, pondrán sobre el mapa la localización de un conjunto de mochilas en las que Spidey escondió objetos de pura memorabilia que, de hecho, sirven para que el jugador se haga una idea de los ocho años que han precedido al momento del inicio del juego. Más tarde, los completistas se verán lanzados a la búsqueda de delitos en los que intervenir, de cámaras de fotos con las que capturar escenas del crímen de Gata Negra o, sobre todo, de uno de los grandes aciertos del juego: los laboratorios desde los que Harvey Osborn encarga diferentes misiones a su amigo para seguir protegiendo la ciudad de Nueva York de formas sorprendentemente variadas. Harvey te invitará a balancearte entre edificios buscando nubes tóxicas, a usar tu sentido arácnido para seguir tuberías y encontrar fugas peligrosas e incluso a que uses a una mini-araña mecánica (adoptando su fascinante punto de vista) para corretear entre la muchedumbre de la ciudad haciendo el bien.
Si te apartas del argumento principal o no para procrastinar dulcemente en Nueva York, es cosa tuya. Pero una cosa has de saber: ese argumento principal es una maravilla y es lo que, al final, pone a este «Spider-man» a la altura de cualquier producción del Universo Cinematográfico de la Marvel. En este juego, Peter Parker se enfrenta a un enemigo con una doble cara ambigua y perturbadora: un villano que ha luchado por Nueva York, pero que se ve impelido a la destrucción de la ciudad. Por el camino, el jugador incluso controlará a Mary Jane y a Miles Morales (es decir: el heredero del testigo de Spider-man una vez Peter cuelgue su traje de superhéroe). Esto significa que «Spider-man» tiene lo mejorcito de las más recientes pelis de la Marvel: un argumento complejo con el que empatizar a diferentes niveles, una factura visual impresionante, emociones fuertes… Y, sobre todo, una invitación a que la saga no solo se desarrolle en el futuro, sino que incluso entronque con otros superhéroes de la misma casa. ¿Estamos ante el inicio del Universo Videojueguil de la Marvel? Lo que me obliga a preguntar: y, entonces, ¿qué superhéroe protagonizará la próxima entrega de este nuevo Universo Videojueguil? [Más información en la web de «Spider-man»]