Cuando en 2002 se supo que Sónar desembarcaba con fiereza en Tokio con la intención de ampliar horizontes y exportar su excelente festival de electrónica avanzada (y aunque a algunos les joda, siguen siendo los que de verdad apuestan por propuestas «avanzadas», aunque a veces sean más retro de lo que algunos prefieran), sabíamos que iba a ser una simbiosis perfecta, un éxito rotundo. El SónarSound Tokyo ya no es un hermano más escindido del Sónar Barcelona, sino un festival con una identidad muy propia que se empapa como él sólo de la idiosincrasia de la ciudad japonesa. Este fin de semana pasado, SonarSound Tokyo celebraba su quinta edición (la segunda después de un parón en 2006 por falta de fondos, y recordemos que la edición de 2011 fue a escasas semanas del tsunami y Fukushima y fue el primer evento cultural multitudinario después de la tragedia) y la cerraba con un exitazo que desde estas orillas veíamos con una mezcla de orgullo, cariño y envidia.
Envidia pura y dura. Porque a nosotros todavía nos queda un mes y medio para disfrutar de la edición española, pero lo que se vivió allí durante estos días, ESO, no tiene nombre. 5.300 almas se dieron cita durante el 21 y 22 de abril en la sala ageHa / Studio Coast de la capital japonesa y disfrutaron, entre otras cosas, del impresionante show de Vincent Gallo y su Cinematic Orechestra, así como de otros artistas que también volarán en mayo a Sâo Paulo y en junio aterrizarán en Barcelona: Squarepusher, los japoneses Masaki Batoh con su insólita Brain Pulse Music con la que generan sonidos a partir de impulsos cerebrales y otros muchos más. El SonarSound Tokyo se despide de la ciudad tokiota con un balance totalmente exitoso; si queréis ver cómo fueron estas dos jornadas de intensa vida electrónica y musical, tenéis una completa galería de fotografías aquí o podéis poneros los dientes bien largos con toda esta ristra de vídeos. Y ya sabéis que la maquinaria no para… Próxima parada: Sónar Sâo Paulo 2012.