El Sónar +D volvió a demostrar (en el seno del Sónar 2016) que el futuro cada vez es menos futuro y, de hecho, cada vez se acerca a una mayor velocidad.
Ahora que la neurona está empezando a espabilar después de la intensa edición de Sónar 2016, es el momento ideal para defragmentar lo mejor que vimos en el Sónar +D… Y es que aquí va una advertencia: vais a necesitar tener la mente despierta para asimilar lo que se os viene encima.
Atentos, porque el futuro cada vez se acerca más rápido, y lo que hasta hace poco parecía incierto ahora es predecible. Uno de los mayores debates que se presentaron en esta edición fueron los algoritmos de recomendación de Spotify. Esta tecnología está tan avanzada que incluso pudimos encontrarnos una instalación que nos seleccionaba una canción perfecta y desconocida para una fecha a nuestra elección en el futuro. Todo esto con una bonita instalación de canicas en espirales metálicas cayendo y anunciando cada uno de los deseos realizados. Como bien dijo Brian Eno en la charla inaugural: «Los niños aprenden jugando, los adultos con el arte«. Y esta instalación representaba perfectamente esta fusión de arte, diversión y tecnología.
Nuevos lenguajes para representar conceptos abrumadores. El futuro incierto, o el futuro apocalíptico. ANOHNI nos lo cantó en su magnífico show de llantos y vergüenza escondida debajo de su vestuario. En pantallas de dimensiones épicas y en el SonarPlanta, los artistas Ruth Jarman y Joe Gerhardt nos hicieron disfrutar con su representación de la evolución de la corteza terrestre entre fantasmagóricos sonidos inducidos por las lecturas de la tierra y los diferentes cambios climáticos. El (adecuadísimo) nombre de esta instalación era “Earthworks”… Sólo son 4 grados, vamos.
Pero, tranquilos, porque la realidad virtual vino al rescate para evadirnos de la realidad existente. Y es que, entre las varias demos que pudimos disfrutar gracias a las mejores productoras del momento en esta plataforma emergente, destacamos el corto “Tomorrow” de Future Lighthouse, como no. Una bonita historia de la evolución del lenguaje inspirada en los indios Hopi que no tenían ninguna palabra para decir “mañana” y que, por lo tanto, tenían un concepto del futuro totalmente diferente. Magia inspiradora. Entre las demás demos, claramente predominaron las producciones ambientadas en la naturaleza, constatando así nuestro miedo a perder el presente.
Atentos, porque el futuro cada vez se acerca más rápido, y lo que hasta hace poco parecía incierto ahora es predecible.
Sónar, festival de música avanzada. ¿Y que es la música si no un lenguaje? Puede que uno de los lenguajes mas vivos y en constante evolución. Este lema parece tomar protagonismo entre las nuevas creaciones de instrumentos. Pudimos ver cajas de ritmo multifuncionales en forma de aro, sintetizadores modulares recién aterrizados de otro planeta, nuevas tablas de mezclas con más botones, más control, Richie Hawtin apadrinando (más) proyectos (en serio, ¿este tío no puede parar?), instrumentos a medida impresos en 3D para el disfrute del personal o imitaciones baratas del famoso Reactable realizadas en cartón pluma. Y es que la crisis aprieta y agudiza el ingenio.
Esto mismo se pudo comprobar en el Innovation Challenge, donde la organización mejorada y los nuevos sponsors trajeron un golpe de aire fresco al antiguo Music Hack Day. Proyectos muy trabajados y clara focalización hacia los resultados: el conjunto nos dejó ojipláticos en más de una ocasión. Bravo a la organización, que también este año ha ampliado el espacio, con un total de plantas ya dedicadas en exclusiva al Sonar +D y facilitando mejores espacios para charlas y workshops, donde en otras ocasiones se producían interferencias de audios.
Vamos, un éxito. Sónar +D avanza hacia su consolidación con más de 4.700 profesionales de más de 2.600 empresas y entidades del mundo de la cultura, la tecnología, la ciencia y la educación. Y es que no extraña si, en ediciones como esta, puedes escuchar el sonido de la constelación de Orion mediante los datos recogidos por el observatorio chileno ALMA. O pedirte un refresco tan solo con el poder de tu mente. Whaaat?
Sí, puede que te perdieras algo de esto o ni siquiera te enterases, porque en el Village servían cervezas fresquitas y había tíos enseñando pechito y tías enseñando chichita… Pero el Sonar +D es lo que sitúa a este festival por encima de los demás. Sumergiéndonos en un huracán de arte, tecnología y música que al final nos deja a todos con más de una neurona mareada. [Más información en la web del Sónar +D] [TEXTO Y FOTOS: Antonio Caballero]