SÉBASTIEN TELLIER. La actuación del francés fue poco menos que decepcionante. Queríamos un show (que es lo que nos vende el electro-cantautor) y se nos presentó con un concierto de banda y tan pancho (lo contamos en nuestra crónica del jueves). Quizá es que nos pilló casi recién llegados al Sónar de Día y aún nos salían las ganas y las energías por las orejas. Aún así, con la perspectiva de los días, aún seguimos pensando que nos dieron gato por liebre. Lo que no se le puede negar a don Sébastien es que tiene arte saliendo al escenario: lució su impenetrable barba y sus largas melenas (que por momentos parecía que llevara mechas californianas, palabrita), unas gafas moradas -a juego con los calcetines-, una americana de camuflaje, foulard con flecos y brillibrilli y mocasines blancos. No se puede pedir más. Bueno, sí, que el concierto fuera divertido. ¡Ah! Pero esa es otra historia.
