A cualquier cinéfilo que se precie el nombre del Overlook Hotel le provoca un hormigueo por el espinazo mezcla de canguelo y gustera máxima. Canguelo porque es el nombre del hotel donde a Jack Nicholson se le fue la pinza cosa mala, y gustera porque «El Resplandor» es una de esas obras maestras que nos dejó el maestro Kubrick que no se acaban nunca. Dan igual los años que pasen, el film sigue provocando las mismas sensaciones fuertes que cuando se proyectó por primera vez en 1980. Ahí tenemos si no el tremendérrimo documental «Room 237» que recoge las más variadas y alocadas teorías conspiranoicas que tienen algunos fans de la película que defienden que Kubrick escondió mil y un mensajes crípticos a lo largo de cada plano de la película ya fuera para hablar del genocidio indio, del Holocausto judío o para ocultar su participación en la misión del Apolo XIII. El documental, que a veces se pasa salvajemente de rosca, es una delicia para cualquier frikifan de la película.
Pues bien, los chicos de Sockaholic no participan en «Room 237» (aunque seguro que tienen su propia opinión sobre la peli, porque nos han reconocido que son fans), pero han hecho su homenaje particular al Hotel Overlock y sus habitantes lanzando una edición limitada de unos calcetines que imitan la famosa moqueta del hotel por la que Dany da vueltas parriba y pabajo a bordo de su ruidoso triciclo. Los calcetines están en versión caña alta y caña baja, están disponibles en dos tallas de adulto (de la 36 al 41 y del 42 al 46) y tienen todas las características de estos calcetines que son cien por cien «Made in Spain«: cien por cien de algodón orgánico y con la certificación de calidad GOTS (Global Organic Textile Standard), que garantiza una responsabilidad ecológica y social en la materia prima y en el trato hacia los trabajadores para la obtención de la misma. Como todo lo que crea esta molona firma madrileña, los calcetines «Overlook Hotel» solo se pueden comprar en su web. Y, ahora que tenemos el Festival de Cinema Internacional de Sitges 2013 a la vuelta de la esquina (¡bien!), no se nos ocurre momento mejor para hacerse con un par.