Está claro que una de las tendencias actuales del diseño es la de sacara a los objetos de sus parámetros habituales para sorprender a todo aquel que espere que una mesa tiene que tener forma de mesa, que una silla tiene que tener forma de silla… o que una nevera tiene que tener forma de nevera, como es el caso que nos ocupa. La cuestión es que SMEG están especializados en buscarle las cosquillas a su muy icónico diseño: en los últimos tiempos nos han sorprendido con locuras como aquella edición en la que forraron su nevera con tela de vaquero o las múltiples variaciones como la mini-SMEG ideal para oficinas o para salones donde la prioridad sea tener la bebida bien cerquita. La última locura de la marca italiana ha sido asociarse ni más ni menos que a Fiat, con quienes ya compartieron una de sus primeras colaboraciones en los años 50, poco después de iniciar su andadura como marca imprescindible para todo aquel que quiera un frigorífico con un diseño fetén.
En este caso, la nueva colaboración entre SMEG y Fiat nos llega bajo el nombre de SMEG 500, uniendo el diseño tan reconocible del Fiat 500 con las prestaciones de una SMEG de toda la vida. Está disponible desde el pasado mes de junio en tres colores básicos: rojo, blanco y verde. Y, por si a alguien se le escapa, estos tres colores son los de la bandera italiana en un gesto para nada azaroso: desde SMEG anuncian que su intención, desde un buen principio, es celebrar por todo lo alto el diseño italiano con más solera. Y para ello se han marcado una pieza de puro coleccionista que está llamada a ser la protagonista absoluta de espacios selectos, locales de alto copete, despachos cool e incluso las casas de los más arriesgados. Dejadnos que lo digamos porque nos estamos muriendo de ganas: ¡sube que te llevo!