Somos la generación del «querer es poder», pero desde Dewar’s tienen una versión mucho más realista: si no te arde dentro… mejor será que ni lo intentes.
Somos conscientes de que la mayor parte de nosotros somos cachorros de esa generación criada en la creencia de que todo es posible, de que podemos ser lo que queramos y triunfar en lo que nos dé la gana si nos lo proponemos. Somos la generación del «querer es poder», aunque lo que queramos sea un propósito desproporcionado… Nos lo vendieron nuestros padres, nuestra educación y, sobre todo, esos libros y películas en los que el protagonista al final acababa triunfando tras recorrer un camino duro pero ostentosamente provechoso. Sí, eso es lo que nos han vendido. Y eso es lo que hemos asumido como cierto.
Pero hay otra verdad muy diferente… Una realidad que nos hemos topado de la peor de las formas cuando la crisis ha demostrado que la educación no era un pórtico mágico hacia el éxito absoluto. Una situación que ha llevado a que nos preguntemos: si la educación no nos llevará al triunfo, ¿qué lo hará? Y si te estás preguntando lo mismo que nosotros, entonces necesitas urgentemente ver el anuncio de Dewar’s dentro de su campaña Live True, que ya hace algún tiempo que nos está invitando a ser totalmente fieles a nosotros mismos, a nuestra mejor versión.
En este anuncio (que puedes ver al final de nuestro artículo), desde Dewar’s te lo dejan bien claro: si no arde dentro tuyo, mejor será que no lo hagas. Si no lo sientes como una explosión y, por el contrario, es algo que te obligas a hacer, copiando a los demás, buscando la aprobación de los otros, mimetizando inspiraciones ajenas que no nacen en tu interior sino que asimilas en pos del reconocimiento externo… Estás abocado al fracaso. Así no funcionan las cosas. Esa no es la forma de triunfar. Puede que la educación tampoco. La única forma de triunfar es, básicamente, dejar que «eso» queme dentro tuyo hasta que te extingas o se extinga.
De verdad, que sí, que esto es un anuncio publicitario y lo que os dé la gana. Pero hacía mucho tiempo que un minuto de audiovisuales no nos inspiraban tan profundamente.