«Hay dos tipos de personas: los que aprenden idiomas con facilidad y los que andan peleándose siempre con cualquier lengua que no sea la suya. Yo soy del segundo tipo. No quiero ni pensar en la cantidad de horas (¡y dinero!) que he dedicado a aprender inglés cuando en realidad lo odiaba. Pero, como la gente parece tan inteligente cuando lo habla, no he cejado en el empeño.» Así explica Luci Gutiérrez la génesis de «English Is Not Easy«, más que posiblemente el curso de inglés más original de la historia que publica en nuestro país Blackie Books con el ánimo de que nos echemos unas risas a la vez que mejoramos el nivel del idioma (o no). ¿Y por qué deberíamos fiarnos de Luci? Primero, porque los chicos de Blackie tienen un ojo finísimo a la hora de elegir sus publicaciones. Pero, sobre todo, porque Gutiérrez es una de nuestras ilustradoras más internacionales: no sólo ha sido una más que reciente portada del New Yorker, sino que también colaboradora habitual tanto del New York Times como del Wall Street Journal.
Pero centrémonos en lo que nos interesa: «English Is Not Easy» es un curso de inglés, sí, pero en vez de estructurarse en base a un conjunto de aburridísimos capítulos en los que aprehender conceptos igualmente soporíferos, Luci Gutiérrez prefiere salirse por la tangente de la diversión. ¿Cómo lo hace? Como siempre lo ha hecho: desde que la ilustradora decidió aprender inglés como si le fuera la vida en ello, ha ido plasmado con dibujos muchos de los conceptos que le enseñaban. Ya sea como puro cachondeo o como técnica nemotécnica, los gags visuales de «English Is Not Easy» acaban conformando un compendio de enseñanzas del idioma que seguro que se te quedan clavadas en la memoria a base de risas.