Es más fácil creerse lo de que los desayunos son la comida más importante del día con maravillas como la de Satan’s Coffee Corner en Casa Bonay.
Está claro que en España nos gusta pasarnos por el forro las costumbres del resto del mundo: aquí nos chifla hacer las cosas al revés desparramando a base de bien y sin mirar con quién. ¿Que el resto de Europa a las 3 de la madrugada se recoge de fiesta? Pues nosotros ni nos planteamos entrar en un club antes de esa hora. ¿Que por ahí se trabaja de un tirón y acaban tempranito y así tienen toda la tarde para ellos? Pues nosotros no, que nos gustan a nosotros las tres horas al mediodía para comer bien y echarnos la siestecita. ¿Que por ahí dicen que el desayuno es la comida más importante del día? Bueno, vale, eso sí que lo tenemos bastante interiorizado.
Pero hay que reconocer que lo tenemos interiorizado un poco rollo Sinatra y su «My Way«, y por eso lo flipamos lo más grande cuando nos vamos a Inglaterra y nos ponen delante un desayuno con baked beans y panceta y bone marrow y otros locurones que aquí ni se te ocurriría meterte entre pecho y espalda antes de la 1 del mediodía. Por suerte, sin embargo, y gracias a este aperturismo mental (a veces un poco forzado y a regañadientes) que estamos viviendo en nuestra era foodie particular, por fin parece que empezamos a considerar que un desayuno puede incluir manjares más allá de la tostadita con zurrapa, el croissant de rigor con mantequilla, el imprescindible café y, si nos venimos arriba, un zumo de naranja. Pero de naranja, ¿eh? Nada fancy, por favor.
Si quieres escapar de esa fórmula, si realmente piensas que el desayuno es la comida más importante del día y quieres darte un banquete rico e inteligente a partes iguales, tu nuevo templo van a ser los desayunos que cada mañana sirve la buena gente de Satan’s Coffee Corner en el Libertine de Casa Bonay (lugar que, por cierto, ya quedó suficientemente retratado en este Fantastic Spot de hace un par de semanas). Y es que, desde hace ya algún tiempo, los responsables de Satan’s Coffee Corner han llevado su carta de desayunos hasta Casa Bonay: por ahora, han hecho una translación totalmente literal, pero su intención es que, poco a poco, esa carta se vaya diferenciando a la del local del gótico barcelonés para adaptarse a las necesidades -y posibilidades- de un lugar tan estimulante como el hotel y hot spot barcelonés.
La carta de desayunos está pensada no para ofrecer una gran variedad de una misma gastronomía, sino que pica sabiamente de aquí y de allá y configura un abanico de propuestas muy diferentes.
Lo más interesante de esta carta de desayunos es que, al fin y al cabo, está pensada no para ofrecer una gran variedad de una misma concepción gastronómica, sino que pica sabiamente de aquí y de allá y configura un abanico de propuestas muy pero que muy diferentes las unas de las otras. Esto resulta ideal no sólo para que, en un grupo grande de comensales, todos puedan encontrar su opción, sino también para que un mismo comensal pueda repetir varios días en el Libertine sin aburrirse de comer siempre lo mismo.
De hecho, la oferta es tan variada que cuesta pensar que alguien pueda llegar a aburrirse… Evidentemente, la carta cuenta con la inevitable representación de la tierra, con unas impactantes tostadas con tomate, aceite y embutidos catalanes. Pero también hay muchas otras opciones que van desde la cocina vegetariana menos aburrida (esa que prioriza el sabor apostando por super foods que sorprenden al paladar) a algunas recetas orientales que te sorprenderán a poco que te muestres curioso y te pongas en sus manos, pasando -como no podía ser de otra forma- por la fruta en sus versiones menos trilladas y más estimulantes.
La pregunta no es si te atreves con esta locura que Satan’s Coffee Corner está poniendo sobre las mesas del Libertine de Casa Bonay… La pregunta es, más bien, ¿cuántas veces por semana vamos a encontrarnos desayunando aquí? [Más información en la web de Casa Bonay y en el Facebook de Satan’s Coffee Corner] [FOTOS: Anthony Pérez]