¿Tú también perteneces a la legión que esperaba en palmitas el debut literario de Sabina Urraca? Tranquilo, que ya están aquí «Las Niñas Prodigio».
¿Es necesario que presentemos aquí y ahora a Sabina Urraca? ¿En serio? ¿Nos lo estáis diciendo en serio? ¿No es suficiente el hecho de que sea una de las escasísimas firmas que la gente lee y sigue de verdad en el nuevo periodismo español? Urraca ha pasado por medios imprescindibles como Tentaciones, Vice, El Comidista, Ajoblanco o El Estado Mental, además de haber protagonizado polémicas que la pusieron en boca de todo el mundo como cuando explicó con pelos y señales la pesadilla que fue compartir un BlaBlaCar con Álvaro de Marichalar. Pues eso, que ya, que no hace falta presentar a Sabina Urraca.
Lo que sí que hace falta es señalar, básicamente, que su debut literario es algo que se espera en palmitas desde hace mucho tiempo. Al fin y al cabo, Urraca destaca por su voz única y por su punto de vista siempre elocuente y con un punto terrorista… ¿No es esa la base perfecta para facturar uno de esos libros que remuevan un poco el anquilosamiento literario generalizado? Nosotros creemos que sí, y por eso mismo nos parecen tan fetén que desde Fulgencio Pimentel por fin publiquen el que ya es el debut literario de Sabina Urraca bajo el nombre de «Las Niñas Prodigio«.
¿Más motivos para rendirse ante este libro sin haberlo leído todavía? Que, como todos esperábamos (y deseábamos) la novela tiene un punto autobiográfico… Pero, ojo, que solo tiene un punto, no es autobiografía ni mucho menos. Desde Fulgencio Pimentel la definen como una comedia en varios actos o como un cuento con tientes de terror gótico, y además nos chivan que aparecen personajes como Nadia Comăneci, Drew Barrymore, Punky Brewster y Bertín Osborne, que son las presencias que marcan las diferentes edades de una protagonista que, desde un presente insoportable, rememora todas las etapas de su vida. Ale, ya está, ya tienes libro del verano (y, probablemente, del año).
Más información en la web de Fulgencio Pimentel.