Podríamos hablar largo y tendido acerca de abstractas teorías sobre las que se fundamenta el doblete audiovisual ([spectra] + test pattern [live set]) con el que Ryoji Ikeda nos contentó en su paso por el combo Grec–Sónar recientemente celebrado en la ciudad condal. En este sentido, ambos “inventos” darían para sesudas disertaciones y formalidades varias, pero este no será el objeto de las siguientes líneas: aquí se tratará el lado experiencial, que también tiene su miga. La exposición a sus directos sugiere, para entendernos, que la fría y aséptica base sobre la que técnicamente se estructuran quede eclipsada por la cualidad sensorial del espectador; porque es justamente hacia los sentidos hacia dónde apuntan, con absoluta precisión y sin tregua, ambos sets del nipón. Deleite para el que guste de jugar con sus sentidos y castaña para el que prefiera dejarlos estar.
[spectra] es una instalación lumínico-sonora basada en 64 cañonazos de luz proyectada verticalmente hacia el cielo y envuelta en una serie de hipnóticos y sinuosos sonidos que juegan con el oído del espectador (aquí también actor) de tal forma que la cualidad de la percepción auditiva varía en función de la ubicación y movimientos tanto de uno mismo como del resto del público presente. Al cabo de media hora sumido en la orchestra del Teatre Grec -sugerente enclave en el que se desarrolló- el resultado devino en una suerte de sensación entre hipnagógica y marciana donde, gracias al tratamiento que recibían las ondas sonoras (al límite de la pureza), la localización de la fuente sonora quedaba diluida en el espacio. A destacar, por encima de su magnificencia y derroche de energía (la estructura luminosa se pudo ver desde toda la ciudad y sus aledaños durante toda la noche), su capacidad para recrear una atmósfera de ensimismamiento en la que, extrañamente, se respiraba serenidad y retraimiento en contraste con el continuo trajín de público y la suntuosidad que lucía la instalación.
Por muy colosal y cegadora que fuera dicha luz, no ensombreció lo más mínimo la segunda parte de la velada: test pattern [live set], tercera entrega live de las series datamatics de Ikeda, concebido como un sistema que, en tiempo real, convierte cualquier tipo de datos (en este caso sonoros) en patrones de códigos de barras consecuentemente sincronizados hasta el extremo con su origen acústico. El espectador es acribillado por una serie de sonidos (zumbidos a bajas y altas frecuencias, repiqueteos, chasquidos y otros sonidos de difícil clasificación) y sus correlatos visuales (instantáneas de códigos de barras cuya disposición y tamaño varían, en ocasiones, a una velocidad imperceptible para el ojo humano), detonando en su cabeza una traca de impulsos eléctricos que pone a prueba el umbral sensorial del oído y la vista, lo cual genera una singular experiencia sintética. Se me antoja, pues, como un juego sincrónico entre el oído, la vista y el tacto, mediante el cual, como si de una sustancia psicotrópica se tratara, se exploran sus límites. Quizás alguien se pregunte qué diantres pinta aquí el tacto si hablamos de un espectáculo audiovisual; la respuesta está en el efecto que generan las ondas de muy baja frecuencia sobre la piel y -me atrevería a decir- sobre las propias entrañas, puesto que, por momentos, se siente cierto cosquilleo en el estómago y acusadas resonancias en la caja torácica que, literalmente, le hacen a uno vibrar. Por otra parte, y en relación al hecho de vibrar, si eres de esas personas que siempre divisaron claramente la línea que divide la música del mero sonido, test pattern pivota imperceptiblemente entre ambos (si te interesa, pregunta al propio autor), claro ejemplo de que no todo está tan claro. Merece especial atención el pulquérrimo trato ofrecido al sonido, de una calidad y nitidez fuera de lo común.
Quien esté interesado en la versión exclusivamente sonora y doméstica de test pattern -experiencia notablemente más limitada que la del [live set], no flipemos tanto-, Raster-Norton dispone de su réplica compacta. Un adhesivo en su estuche reza así: “Caution! This CD contains specific waveform, impulse and burst data that perform a response test for loudspeakers and headphones. High volume listening of the last track may cause damage to equipment and eardrums”.
… prevenidos quedan vuestros tímpanos y equipos musicales.