La buena de Róisín Murphy, diva outsider, icono fashion y trend-creator en sí misma, no ha tenido bastante con ser mamá y parir dos singles pisteros e impecables en los últimos meses. Este año nos regalará su tercer largo en solitario (we miss Moloko, though) y además se va a atrever con el diseño de gafas deluxe. Cantemos Oh la la la la… ah no, que esta era de otra. De cualquier forma, esta incursión en el mundo de la moda solo puede ser motivo de alegría. Más cuando la alianza intergaláctica viene de la mano de la marca Linda Farrow, imprescindibles en el closet de cualquier trendsetter con clase y gusto desde 1970, y que ha vestido los ojos de la recién estrenada mami en cantidad de front rows y apariciones en público. Esta excelente casa centra sus colecciones en el glamour y el lujo, con diseños vintage, coquetos, ambiciosos y en los que la discreción brilla por su ausencia. Ojo que, además, ya han colaborado con Alexander Wang, Chloë Sevigny y House of Holland. Lo que se dice todo un must. Huelga decir que con esta asociación de adjetivos y con semejantes credenciales no es de extrañar que la irlandesa más excesivamente bizarra de la música no haya dudado en ponerse manos a la obra para diseñar una colección que verá la luz en otoño de este año y que, en palabras de ella misma “será muy bling, con dorados y lacados plateados”. Si es que ya lo decía aquella: qué bonitos los dorados.