La editorial Roca publica «Los Humanos» de Matt Haig, una tierna historia de extraterrestres infiltrados que supera los límites de la ciencia ficción.
Por su punto de partida, «Los Humanos» de Matt Haig parece una novela de ciencia ficción. La historia arranca cuando el profesor Andrew Martin, estudioso de la Universidad de Cambridge, desvela el enigma detrás de la Hipótesis de Riemann, nada menos menos que el misterio de los números primos. Un hallazgo fascinante que podría cambiar el rumbo de la Humanidad como la entendemos ahora. Un hallazgo lo suficientemente gordo como para que una especie extrarrestre se acojone y no quiera que ese descubrimiento salga de la cabeza del profesor y caiga en manos de la Especie Humana, que ya se sabe que somos bastante dados a la entropía y a hacer el Mal entre nosotros. Por eso lo secuestran y lo sustituyen por uno de los suyos que, adoptando su forma humana, se infiltra en el entorno del profesor. El ente infiltrado analizará con detalle todos y cada uno de los aspectos de la vida de Martin mientras su familia lo recibe con estupefacción y sin entender nada ya que, obviamente, el alien tiene forma de humano pero no se comporta como un humano y mucho menos como un Profesor de Universidad que ha hecho un gran descubrimiento para la ciencia y ha estado desaparecido durante un montón de horas.
Hasta aquí el plato de ciencia ficción está más que bien servido. Per «Los Humanos«, que ahora se publica en España de la mano de Roca Editorial, no es una novela de ciencia ficción más, sino que es una sobre «los Humanos» vista desde el punto de vista de un ente que no lo es le sirve para ahondar en las contradicciones, absurdeces y maravillas de esta especie que nos ha tocado sufrir. Más que una historia de «ciencia» es una historia de «ficción», un estudio sobre el amor, el matrimonio y la vida y sus circunstancias que poco a poco no solo invade al lector, sino también a ese personaje que primero nos mira con desdén y luego con algo que no sabe identificar pero que pronto descubrirá que es cariño. Lo han comparado con Kurt Vonnegut y dicen que tiene la misma chispa que » El Curioso Incidente del Perro a Medianoche«, motivos más que suficientes para atreverse a echarle un ojo e imaginarnos cómo deben vernos los vecinos extraterrestres.