SOLEÁ MORENTE Y LOS EVANGELISTAS / Encuentro. La leyenda morentiniana prosigue… Aquella enorme ofrenda al maestro Enrique Morente que sus devotos Los Evangelistas (Antonio Arias de Lagartija Nick más J, Eric y Florent de Los Planetas) le rindieron a través del litúrgico álbum “Homenaje a Enrique Morente” (El Ejército Rojo / Octubre, 2012) debía tener, por obligación y según mandan los cánones granadinos, una continuación. Se suponía que llegaría, en primera instancia, bajo la forma de un nuevo LP; pero lo hizo como EP, “Encuentro” (El Volcán, 2013). Con importantes matices, eso sí: por un lado, esta vez el nombre de Los Evangelistas aparece en segundo plano, ya que es la hija mediana de Morente, Soleá, la que lleva las riendas en el que es su debut discográfico; y, por otro, el material que manejan no se desprende del legado del malogrado cantaor de Albaicín, sino que se compone de piezas inéditas. La comunión entre Soleá y Los Evangelistas ya había empezado a cuajar con decisión y delicadeza en dos de las composiciones del citado “Homenaje a Enrique Morente”, con lo que “Encuentro” se apareció como el punto de conexión ideal para que ella y ellos cruzasen sus caminos otra vez y pusiesen sus talentos en común. De esa confluencia nació un ramillete de canciones que se mueven entre el pop dulce como una torta de Alhambra (“Si tú Fueras mi Novio”), el aflamencado pop ensoñador que tanto vira hacia la emotividad como hacia la melancolía (“No Solo Yo”), el apesadumbrado sosiego planetero que adapta el tradicionalismo sonoro andaluz a su ritmo (“Malagueña de la Trini” -con la voz de J incluida- y “Dormidos”, que saltan al terreno de los dos últimos trabajos de Los Planetas) y atmósferas de resignación amorosa (“La Sangre de mi Corazón”, con Estrella Morente como invitada). “Encuentro” es tan breve como intenso, pero sirve para constatar que, en manos de su descendencia y de sus aventajados discípulos, la leyenda de Enrique Morente proseguirá inmaculada… hacia la eternidad. [Jose A. Martínez]