MARIA RODÉS, MARTÍ SALES I RAMÓN RODRÍGUEZ / Convergència i Unió. Los trajines, el trabajo, la sobreinformación y la vida en general hacen que no puedas estar en todo, oye. Vivimos tiempos eléctricos donde lo que hiciste ayer ya no cuenta, sólo lo que tienes que hacer mañana. Por culpa de vivir así, que a veces no sólo es morir de amor, una se pierde maravillas como la que salió de la unión entre Maria Rodés, Ramón Rodríguez aka The New Raemon y Martí Sales hace unos meses y tiene que descubrirlas tiempo después para lamentarse de no haber tropezado con ello antes. «Convergència i Unió» (BCore, 2013) es el nombre que escogieron los tres amigos para lanzar su primer disco como trío el 23 de abril, uno de los días más bonitos del calendario catalán, ese día en el que los amigos se regalan rosas y los amantes libros (y también rosas, claro). Y no se me ocurre día del año que se empape mejor del ánimo que abunda en este precioso disco.
Con «Convergència i Unió«, Maria, Ramón y Martí querían hacer un parón en sus respectivas carreras y buscar un cierto punto de fuga musical en el que acabaron confluyendo, inevitablemente, las influencias individuales de cada uno y que Paco Loco se encargó de ensamblar en su ya mítico estudio del Puerto de Santa María. Abundan las voces femeninas delicadas, la de Maria especialmente (bellísima como siempre en las dulces nanas sobre belicismo sentimental «Guerres i Amagatall» y «Jo No Vull Ser«), pero también aparecen algunos coros de Clara Vinyals (Renaldo & Clara) adornando, por ejemplo, la inmediatez de «Nusos» (de la que también firma la letra), un tema que suena a clásico instantáneo y atemporal, a esas canciones que, con su cíclica melodía, se queda contigo durante mucho tiempo. Pero que la dulce apariencia de algunos de sus cortes y su espíritu festivo no lleven a engaño: en «Convergència i Unió» también hay ligeros descensos por sendas oscuras y un poco cínicas como en «Taxidèrmia» o «Eclesiastés«, que sirve como pausado cierre en forma de espiral. Ocho canciones en las que belleza, ironía y desasosiego conviven sin incomodidad. No podían haber buscado un nombre más adecuado, porque lo de Maria, Ramón y Martí es una auténtica convergencia de talentos y una unión breve pero perfecta. [Estela Cebrián]