[dropcap]P[/dropcap]ORTICO: / The Mary Onettes. Hay que reconocerlo: el último disco de The Mary Onettes, “Hit The Waves” (Labrador, 2013), fue recibido con demasiada tibieza. Posiblemente, se debió a que los suecos ejecutaban en él un cambio estilístico tan acusado -de su acostumbrado new wave repleto de claroscuros saltaban al chill wave pasado por el filtro nórdico- que cogió a muchos con el pie cambiado. Entre ellos, a un servidor, que comprobó cómo con cada escucha el citado LP crecía y crecía sin parar hasta ser uno de los favoritos personales del año pasado. Se confirmaba así que la estrategia renovadora de The Mary Onettes estaba basada en unos fundamentos sólidos que permitieron observar a los suecos como un grupo preparado para evolucionar con propiedad, al menos, dentro de su nueva vía elegida.
Hecho que se ratifica en “Portico:” (Labrador, 2014), un mini-álbum que no actúa como mero entretenimiento al enseñar los esfuerzos de The Mary Onettes por afianzar su posición en el terreno del pop vaporoso y ensoñador. Objetivo que logran gracias a unas canciones de envoltura aterciopelada y poso dulce, adornadas por esplendorosos sintetizadores y guiadas por la voz de un Philip Ekström que ya no es el sosias de Robert Smith al micrófono, sino un intérprete que añade grandes dosis de suavidad y melancolía a temas que capturan en estampas tornasoladas experiencias y recuerdos que se conjugan en tiempo presente y pasado sin distinción. Sirvan “Silence Is A Gun” o “Naive Dream” como ejemplos gráficos de ello y de la adecuada progresión practicada por The Mary Onettes desde “Hit The Waves” hasta este “Portico:”. [Jose A. Martínez]