[dropcap]T[/dropcap]WO / Owls. Si nos dicen las palabras “cuarentón”, “genio”, “rock” y “Chicago”, algunos pensarán en Billy Corgan. A una minoría, sin embargo, quizá les venga a la cabeza el nombre de Tim Kinsella. Hombre renacentista punk, lleva más de dos décadas en el centro de una escena tan dinámica y enérgica como escurridiza y desconocida para el gran público. Kinsella ha sido denominador común de varias bandas (Cap’n Jazz, Joan of Arc, Make Believe, Owls) cuyos miembros vienen y van, se intercambian y rotan como si de un equipo de fútbol se tratara. La filosofía, a pesar de todo, es la misma, un estilo difícil de clasificar: demasiado ácido para ser emo, demasiado dulce para ser hardcore, demasiado sinuoso para ser math-rock, demasiado desenfadado para ser jazz, demasiado excéntrico para ser pop. Hace 13 años, Kisella fundó Owls, que lanzaron un disco para inmediatamente desaparecer, porque eso de la estabilidad nunca fue con ellos, y ahora en 2014 vuelven con otro porque les apetece y ya está.
«Two» (Polyvinyl, 2014), no podía llamarse de otra manera, luce en su cover el mismo diseño bizarro de su antecesor (esta vez con un Noel Gallagher llorando lágrimas de sangre incluido) y el contenido es también muy similar: las letras surrealistas de un Kinsella que canta tan mal que canta bien, las guitarras laberínticas de un Victor Villarreal que no ha perdido un gramo de imaginación, las mismas estructuras desconcertantes, la misma irreverencia compositiva, la misma libertad melódica… Los que estén acostumbrados, reconocerán ese estilo personalísimo que les caracteriza. Para los recién llegados, sin embargo, el aparente caos puede desembocar en más de un dolor de cabeza. El cuarteto de Chicago nunca ha hecho canciones para toda la familia y, aún hoy, trece años después, siguen sin pedir de rodillas que te guste lo que a ellos les encanta. Pero como todo aquello que esconde un secreto en su interior, merece la pena hacer un esfuerzo para rascar su superficie y descubrir lo que lleva dentro. La paciencia se verá recompensada. [Rodrigo Núñez]