VIERNES 27 DE SEPTIEMBRE: Turno para las promesas. El segundo día de festival se presentaba como una oportunidad para degustar a algunas bandas que ya están empezando a dar bastante que hablar y que seguramente en un futuro próximo verán cómo su popularidad sube como la espuma. El recorrido empezó con Motorama, un cuarteto de origen ruso que, sin haber actuado nunca en nuestro país, gozan de un cierto aura de banda de culto más que justificado si nos remitimos a ese par de LPs que han despachado estos últimos años. Dada su procedencia, puede sonar a tópico el decir que estuvieron ‘fríos’ en el escenario y demás, pero nada más lejos de la realidad, pues Vladislav Parshin y los suyos no mediaron palabra con el público durante los cincuenta minutos que estuvieron sobre el escenario. Lo que sí que hicieron fue despachar con precisión clínica gran cantidad de los cortes incluidos tanto en «Calendar» como en su más reciente «Alps« presentándose ante un respetable que descubría una banda que oscila elegantemente entre la nueva ola de pop atmosférico europeo y la comparación inevitable con los años dorados del post-punk británico. Una experiencia de lo más recomendable que, además, visitará España por primera vez a finales de este año de la mano de la segunda edición del Sónida Festival. Imperdible, que diría aquel.
La noche continuó con No Ceremony ///, banda a la que le dimos el slot de las nueve sin saber prácticamente nada de ellos y que sorprendió muy gratamente. Procedentes de Manchester, los británicos venían a defender un recién presentado notable trabajo al que nos hemos enganchado a posteriori, gracias al tirón de composiciones que ellos mismos definen como Post-Rave-Electro-Pop, pero que nosotros recomendamos directamente escuchar para hacerse una idea. Cortes épicos de bases electrónicas con teclados y guitarras en los que la voz de su líder se impone por encima del resto. Sin duda alguna, la sorpresa del festival. Muy interesantes.
El siguiente en la lista era un Barbarossa al que ya habíamos disfrutado este año como telonero de Junip y que, en lo poco que pudimos verle, parece seguir por el buen camino, esta vez ya con su debut bajo el brazo: un «Bloodlines« que es sin duda otro de nuestros tapados para las listas de final de año. Pero tuvimos que dejar al amigo Barbarossa a medias porque a la misma hora tocaba un Johnny Flynn al que hace años que le seguimos la pista, así que su set era un no-miss. Cierto es que no está montado en la ola del hype en la que muchas de las bandas previamente mencionadas se encuentra ahora mismo y que ya lleva bastante tiempo en esto sin haber conseguido dar el salto definitivo fuera de las islas británicas, pero esto no quiere decir que sus composiciones sean de lo más disfrutables incluso cuando se presenta sin una banda que aporte un poco más de empaque a su directo. Flynn salió a escena únicamente acompañado de una guitarra y una Carlsberg, e interpretó con gran seguridad los cortes más conocidos de cada uno de sus previos trabajos así como alguna novedad de su recién publicado «Country Mile«.
La jornada del viernes la cerramos con The Royal Concept, otra agrupación sueca a la que a juzgar por la cantidad de gente agolpada a la puerta del pequeño club donde tocaron, están empezando a crecer a pasos agigantados. Nada que nos sorprenda pues, si bien no hacen nada nuevo desplegando ese pop de guitarras fácil muy en la onda de unos Phoenix azucarados, tienen temas que innegablemente te hacen bailar: «On Our Way«, «Radio», «Gimme Twice«… Puros pildorazos de pista de baile que auguran un gran futuro a una banda que sólo tiene un par de EPs publicado.