Nuestra crónica de la última jornada del Primavera Sound 2019 dice que estuvo repleta de divas y reggaetón… Y de Rosalía, claro. Rosalía siempre.
Y el sábado llegó al Primavera Sound 2019. Se trata de una de las jornadas más esperadas del festival, con cifras que han batido récord de asistencia: unas 220.000 personas se pasaron por los escenarios en total. Los timelines tenían que estar preparados a conciencia para evitar, en la medida de lo posible, los temidos solapes. Un trabajo que conlleva decisiones fáciles cuando estás en casa, pero muy difíciles una vez que los altavoces no paran de funcionar.
Llego al recinto untado en crema de sol y con las pilas cargadas para disfrutar de una verdadera maratón de shows musicales. La primera sorpresa la recibo en la entrada. Se están repartiendo postales a modo de souvenirs, donde el legendario cartel de Hollywood es sustituido por el logo del Primavera Sound. Una pancarta en el escenario Primavera me lo confirma. En septiembre del año que viene ya me veo haciendo la maleta para irme a la edición que se está preparando en Los Ángeles con motivo del 20 aniversario del festival. También se le unirán Oporto y Benidorm.
Una vez instalados en la zona de los escenarios Pull & Bear y Seat, donde parece que se encuentra el núcleo musical del sábado, logró escuchar el final del directo de Nathy Peluso, cargado de carreras hacia el otro lado de la explanada. Kali Uchis era la cabeza de cartel de la tarde, y una de las más esperadas. Embutida en un corsé y capas multicolor, y acompañada de unas escaleras circulares y un micrófono dorado, derrochó sensualidad y miradas cargadas de energía que, sin embargo, no llegaron a calar en sus temas. Un show perfecto para la sobremesa que no terminó de convencer las expectativas de los más fans del lugar. Esto no quita que cantáramos sin freno las letras de temas como «Nuestro Planeta«. Unas bailarinas y un poco más de entusiasmo hubieran hecho que el Parc del Fòrum se viniera abajo. En otra ocasión, quizás.
La colombiana no había dado por cerrado su directo cuando, al girarme, ya me quedé de piedra. La cantidad de gente que esperaba al otro lado no se había visto aún para ningún artista, pero cuando cantas en casa y además te llamas Rosalía pues… no creo que se necesiten más explicaciones, ¿verdad? En las pantallas se veía su nombre en cientos de tipografías diferentes, quizá un homenaje a todas las veces que es nombrada al día. Llegó, actuó y venció. Combinando saludos en catalán y castellano, la del Baix Llobregat no necesitaba mucho esfuerzo para conseguir unos gritos que se acoplaban a los micrófonos. Aunque, como es la reina del perfeccionismo, ofreció uno de los espectáculos más cuidados del cartel. Bueno, también jugó con nosotros con un descaro que madre mía Rosalía, ¡madre mía! Todos esperábamos que J Balvin cantara «Con Altura» junto a ella. Jamás ocurrió. En cambio apareció James Blake para completar el tema «Barefoot In The Park«.
Y ocurrió el momento. Sin duda alguna, exijo que a partir de septiembre todos los libros de texto incluyan un apartado dedicado al episodio más multitudinario del Primavera Sound 2019, pero más íntimo a la vez. Rosalía cantaba «Catalina«. Sola en el escenario. Todo el público en silencio. La magia surtía efecto y los pelos de gallina dieron paso a los gritos emocionados que le pedían que rompiera a llorar. La catalana se repuso rápidamente y Barcelona se vino abajo cantando a Las Grecas.
Para mí, llegó tomar la decisión más difícil de la noche: coger el transfer que me llevaría a la otra punta. Lizzo estaba a punto de comenzar y no me podía perder a mi particular cabeza de cartel. Mira, si ahora mismo se repartieran los títulos para las divas de la música, ella se quedaría con todos. En un show con un público entregado desde el minuto uno. Jamás grité tanto en un directo pero, chico, si un artista me provoca de esas maneras, con un carisma y talento que desbordan, pues se grita y ya mañana que me operen de las cuerdas vocales, que tampoco es un drama. Las locas coreografías, el twerking infinito junto con sus bailarinas hizo que todos saltáramos en la arena, y el miedo a tener que barrer hasta 2025 se fue de inmediato. Jamás he visto a un artista dividir un show en tres bloques dedicado a la autoestima, a encontrarse a uno mismo y al amor sin complejos como ella. Es más, jamás me dieron clases de respiración en un festival. Ella si. Es tan demasiado, que hasta se auto-nombró presidenta. ¡Pues aquí tienes mi voto perpetuo! Aunque me faltó que el aperitivo de «Fitness» se convirtiera en tema completo, con «Juice» como cierre final todo queda dicho. Barcelona es la ciudad que más escucha esta canción y el calor del público sorprendió a Lizzo. Cariño, ¿Qué te creías? Aquí venimos con todo.
Corriendo a la otra punta de nuevo. Ya suena «Reggaeton» de J Balvin. El show multi crómatico del de Medellín empezó bien fuerte. Sin ningún complejo, demostró que sabía el momento histórico que estaba ocurriendo. A favor del karaoke sin final que se montó en un momento. «Con Altura» sin Rosalía, «I Can’t Get Enough» o «Contra la Pared«, un no parar de hits, sin descanso. Empezó, siguió y terminó bien fuerte. Bueno, imaginaos como fue aquello, que hasta se presentó Cardi B, eso si, en versión muñeco, pero al final tuvimos a Miley y a Cardi en la misma edición.
Se acabaron las carreras: toca Danny L Harle en el escenario Pitchfork. Una sesión bien divertida, donde nos pudimos meter en la cabeza de cualquier millenial e ir de un sitio a otro. Hacia el final del directo, se le fue un poco de las manos y aquello se convirtió en un parkineo sin frenos, pero al público le gustaba, lo saboreaba.
La despedida se iba acercando, aunque aún había tiempo para Róisín Murphy, y su eterno cambio de vestuario, que a uno le deja más que un interrogante para abrir el debate sobre si cualquier época pasada es mejor. Tampoco me da mucho tiempo a seguir preguntándome, porque los ríos de gente me llevan al directo de Modeselektor en el escenario Ray-Ban. Sesión perfecta para el sábado de madrugada e ir cerrando la edición más diferente, más multitudinaria, más pop, más urbana ever.
Todos aquellos que se llevaron las manos a la cabeza con el anuncio del cartel 2019, todos aquellos que dijeron que estaban acabando con el Primavera Sound, todos aquellos que pusieron los ojos en blanco cuando veían que no había marcha atrás… ¿Dónde están? Yo lo tengo más que claro: bailaron, gritaron, perrearon y corrieron de un escenario a otro. Sigamos disfrutando y bailando, ahora con la cabeza llena de recuerdos, y haciendo la maleta, porque 2020 promete ser un festival de ciudades unidas por la música sin complejos. [Más información en la web del Primavera Sound 2019]