El Primavera Sound 2016 ya ha superado su primera jornada… Y hay que reconocer que tuvo dos protagonistas absolutos: John Carpenter y LCD Soundsytem.
Un año más, las puertas del Fórum se abrieron ayer para dar inicio oficialmente al fin de semana del Primavera Sound 2016. A diferencia de los últimos dos o tres años, él tiempo sí acompañó en la jornada del jueves, haciendo que el nombre del evento cobrara nuevamente sentido y pudiésemos dejar en casa chubasqueros o bolsas de plástico con las que intentar construir uno, empresa que confesamos haber tenido que emprender de verdad durante el diluvio universal de 2014.
Una edición la de este año que empieza metida de lleno en una polémica desencadenada por una trilogía de artículos publicados por Nando Cruz en El Confidencial que grossomodo trazan analogías entre Tony Soprano y Gabi Ruiz -que, por su parte, se ha pronunciado públicamente apenas haciendo un chiste en tuiter-, asunto el de esta «escuela crítica musical del resentimiento» tan absurdo como ridículo (y no es lo que se dice, que no nos podría importar menos, es el cómo) sobre el que no nos vamos a extender ahora pero sí algún día. En fin, todo esto para decir que pese a lo que se quiera, el Primavera Sound colgaba ya unos días antes del comienzo del festival el cartel de «sold out«.
Así pues, entre huelga de autobuses y metros que le hacen a uno desear ser Falete y poder desplazarse por la ciudad simplemente rodando río abajo, yo también me dirigí a las puertas adornadas con el ya clásico cartelito de luces ondeando el nombre del festival en el cielo límpido y brillante. Todo muy bonito, todo muy aburrido. Bueno, puede que «aburrido» no sea la palabra, pero la sensación general que nos dejó esta primera jornada es que siquiera la esperadísima actuación de LCD Soundsytem consiguió prender del todo la mecha del cohete que ha empleado este año el festival como imagen. Pero vayamos por partes.
También cabe decir que nuestra noche ya de por sí empezó mal, pues aunque pusiéramos pie en el festival a las ocho, no fuimos capaces de dirigirnos a ninguna actuación hasta pasadas las once de la noche. Quisimos ir a Daughter y un mal cálculo de tiempo nos hizo llegar a las últimas dos canciones, lo suficiente como para escuchar «Youth«, recordar cuando los de Elena Tonra nos hacían llorar de emoción adolescente y no de aburrimiento y comprobar que eran un coñazo por bien que sonaran sobre el escenario. Quisimos ir a Vince Staples, pero el cambio de nombre del escenario Primavera nos hizo un lío mental tocho -servidora tiene tan poca memoria como orientación y un mero detalle como este le desajusta las conexiones cerebrales enteras-, luego nos entró hambre, luego fuimos hacia allá y se ve que era en dirección contraria y ya nos frustramos tanto que decidimos abandonar la empresa. Una pena, pues nos cuentan por otra línea que fue la actuación de la noche.
Finalmente y superada esta primera dispersión cósmica inicial, conseguimos llegar a un escenario. Y encima con bastante antelación, cosa que viendo cómo estaba yendo la dinámica hasta el momento fue un verdadero esfuerzo y milagro. Pero es que la ocasión de veras lo merecía, pues se trataba nada más y nada menos que la única actuación en España del coloso maestro de terror John Carpenter, sin duda de lo que más ganas teníamos de ver este año. Acompañado de una talentosa banda compuesta por dos guitarras, un bajo, una batería y su hijo Cody a los teclados, el cadavérico pero fascinante Carpenter se sitúa a los mandos de otro teclado y un ordenador y abre el concierto con el tema principal de «1997: Rescate en Nueva York» (1981), que enlazará tras un animado saludo al público con una joya de sus discos de bandas sonoras para películas esta vez imaginarias: «Vortex«. Casi sentimos pena por aquellos que han elegido dirigirse a Tame Impala en cambio de disfrutar de este momento único que un magnético y solemne genio de sesenta y pico años nos está brindando, y cuando nos cuentan que a los australianos se les cortó el sonido durante diez minutos ya directamente nos descojonamos. Por su parte, Carpenter nos brinda otro magnífico y memorable momento: tras alabar a el que es otra eminencia de las bandas sonoras, Ennio Morricone, el tema final de «La Cosa» (1982) convierte el escenario en un poderoso y sugestivo viaje de la imaginación. Finalmente, y tras el trance en el que un animadísimo Carpenter que hasta se atrevía a bailar sobre el escenario, el director de cine saluda con un «horror movies will last forever» antes de arrancar una sublime interpretación de la banda sonora de «Halloween» (1978).
No sabemos muy bien cómo, pero también conseguimos llegar con algo de antelación a una de las grandes estrellas del festival: LCD Soundsystem, que una multitud que llega ya casi hasta el escenario de enfrente pese a faltar alrededor de media hora para el comienzo aguarda expectante. Quieren los hits, y los de James Murphy se los dan. «Us V Them«, «I Can Change«, «Home«, su homenaje a Daft Punk, «Losing my Edge«… Todo lo que tenía que sonar, suena. Si tenemos que ser completamente sinceras, no recordamos mucho más que simplemente estar bailando mucho y sonriendo felices. Las pantallas y el escenario son algo que simplemente no existe, pues no hay lugar para lo que no sea música y baile y nuestro alrededor nos importa bien poco. Quizás es lo que debería ocurrir siempre en todos los buenos conciertos. Y, amigos, también hay amigos: suena «All My Friends» y cayendo en el precioso cliché, aprovechamos para llenar de abrazos a la gente que nos rodea.
Y a partir de allí todo va cuesta abajo. Nos dirigimos en dirección Neon Indian, nos quedamos por el camino. Nos dirigimos en dirección Powell, y nos quedamos por el camino. Entre una cosa y otra se hacen las cuatro de la mañana y aprovechamos para pasar a ver a White Reaper, para finalmente descubrir que en directo son un fiasco. Lo que se nos antoja más apetecible en ese momento es una cama y algo de silencio, así que es hora de volver a casa y descansar hasta dentro de unas horas. [Más información en la web de Primavera Sound 2016] [FOTOS: Dani Cantó + Cecilia Díaz Betz + Eric Pàmies + Charlene]