SÁBADO. 25 de mayo
DEAD CAN DANCE. Expectación, curiosidad y muchas ganas de ver de nuevo juntos y revueltos a Brendan Perry y a Lisa Gerard sobre un escenario. El Ray-Ban estaba lleno hasta la bandera y los galeses no defraudaron, aunque a medida que avanzaba el concierto la gente, quizá un poco cansada de su runrún tántrico, quizá buscando emociones más fuertes, fue abandonado posiciones. Con un setlist prácticamente calcado al de la gira que ya los había traído a España meses atrás (es decir: desgranando una por una todas las canciones de «Anastasis«, intercalándolas con grandes clásicos de su carrera y añadiendo alguna frikada de la cosecha personal de Perry -como una canción que dedicó a Grecia cantada en gaélico, olé sus huevos-), Dead Can Dance consiguieron revalidar su estatus de banda de culto… por más que algunos digan que sus canciones parecen descartes de la banda sonora de «El Señor de los Anillos«.
HIDROGENESSE. Hidrogenesse, divertidos y, como siempre, sinónimo de una inteligencia casi insultante, presentaron en el escenario Vice varias de las canciones que conforman ese nuevo clásico que es “Un Dígito Binario Dudoso”, así como su reciente “El Artista”. Pero hubo también hueco para maravillosas revisiones de temas antiguos como “Vuelve conmigo a Italia”, “A-68”, “Eres PC Eres Mac” y una bailable “Hidroboy”. Salimos vitoreando lo de “¡Hidrogenesse, cabeza de cartel!”… Y no se escuchó nada más sincero ese día en el Fòrum. [David Martínez de la Haza]
NICK CAVE AND THE BAD SEEDS. El temor general ante la visita de Nick Cave & the Bad Seeds al Primavera Sound (la primera en todos los años del festival) era que les diera por defender en directo su último disco y dejaran para el postre y los cafés los clásicos de la banda. Claro que es difícil escoger entre «todos» los clásicos de un grupo que tiene chorrocientos discos y muchos años a sus espaldas. Aún así, Cuevas y compañía sí tiraron de repertorio clásico -para gozo de los congregados en Mordor- y, específicamente, de algunos de sus clásicos más góticos: abrieron con «The Weepping Song» (bien), y siguieron con «Tupelo» y «The Mercy Seat» entre otras. Pocas concesiones a «Push the Sky Away» en un concierto correcto en el que se vio a Cave más borrachuzo y eufórico de lo deseable.
THE MAGICIAN. Ver una sesión de The Magician es una de las cien cosas que todo hiijo de vecino debería hacer antes de morir. Lo de plantar árboles, escribir libros y tener hijos está bien, pero es que disfrutar de una sesión de este señor es felicidad a tope. No puedes esperar menos de alguien que se presenta con un esmóquing (para pasmo y admiración de muchos de los allí presentes) y hace «magia» casi literalmente: consiguió que nos expulsáramos el cansancio y la falta de sueño nada más empezar y siguió así hasta que cerró por todo lo alto con su celebérrima remezcla del «Follow Rivers» de Lykke Li.
DJ KOZE. Varios días después, alguien me explicaba que a Koze le mola empezar sus sesiones desde arriba e ir bajando el ritmo. Varios días después, yo mismo me repito que el disco de este hombre es de lo mejor de este año. Pero, varios días después, también sigo deseando que el fin de festival hubiera sido algo bastante más memorable. [RDT]
[TEXTOS: Estela Cebrián (menos los indicados)]
[FOTOS: Dani Cantó y Enric Pàmies para Primavera Sound // Toni Rosado]