El segundo diálogo entre Miuccia y Raf Simons se traduce en una colección para hombre que es Prada al mil por cien.
Cuando Prada presentó su colección de mujer para la temporada de primavera / verano 2021, ya dijimos en este artículo que nos encontrábamos ante un nuevo tipo de colaboración dentro del mundo de la moda. Más que una colaboración, nos encontrábamos ante un diálogo entre pesos pesados que se despojan de su ego y que se dedican a jugar partiendo de aquello que los une. También dijimos que aquel diálogo solo era el principio… y que tendríamos que esperar hasta enero, es decir, hasta ahora mismo, cuando el segundo diálogo entre Raf y Miuccia terminara de aclarar los términos de su entente cordiale.
Resulta que el segundo diálogo ya está aquí: desde Milán se retransmitió ayer 17 de enero el desfile de presentación de la colección de hombre para la temporada de otoño / invierno 2021… Y es inevitable aventurar dos conclusiones apresuradas. La primera, que Miuccia ha soltado cuerda en esta ocasión y resulta que está colección de Prada se deja bañar ostentosamente por algunas de las mayores obsesiones de Raf Simons, como las chaquetas bombers o las siluetas oversize de líneas limpias. La segunda es que, incluso así, no nos encontramos ante una claudicación de la diseñadora en pos del ego de su colega. Ni mucho menos.
Porque es que esto sigue siendo una colección Prada al mil por cien. El sentido de la elegancia eterna de la marca sigue sintiéndose a través de las formas puras, los colores planos y un minimalismo que parece depurar cada contorno, cada forma, cada detalle por mínimo que sea. Las tribus urbanas, siempre tan presentes en Raf, se sienten vivas en una especie de homenaje al mod más glamouroso y menos colorido. Y el logo triangular de Prada ya no es tan «on your face» como en la colección de mujer, sino que se conceptualiza de forma abstracta en las formas triangulares que abundan en las prendas.
Y lo mejor de todo es que, juntos, Miuccia y Raf han conseguido facturar una colección con alma de hit comercial. Una especie de asimilación de las tendencias actuales, con la Balenciaga de Demna como posible alma hermana (oversizes, colores planos, etc.), pero con una capacidad para la línea clara y rotunda que solo es posible en una marca como Prada. Y en manos de dos diseñadores con tanta experiencia y tanto savoir faire como estos dos. [Más información en la web de Prada]