Hay un lugar común en la industria del cine que resulta especialmente gracioso: ese lugar común que, a la hora de enfrentarse a la secuela de un film, dice cosas como «es mucho más oscura que la primera parte«. Vamos, que el segundo Batman de Nolan es más oscuro que el primero, el segundo Spider-man de Raimi era más oscuro que el primero y suerte tenemos que no hubo segunda parte de «La Tonta del Bote«, porque si no seguro que el personaje de Lina Morgan se hubiera embarcado en una espiral de drogas y prostitución ilegal que ríete tú del nuevo cine rumano. En el mundo de la televisión eso no ocurre… Pero tiempo al tiempo. Porque, tal y como bien dice el mismo Marc Crehuet al respecto de la segunda temporada de su serie «Pop Ràpid«, cuando ya te has pasado toda una temporada frustrando las ilusiones de unos personajes que viven «encerrados» en un bar y en el mundillo de la noche, por huevos la segunda temporada ha de ser más oscura, con angustias más urgentes y psicopatías más marcadas.
Por si hay algún perdido en la sala, «Pop Ràpid» es la serie que ha venido a capturar a la perfección los tics de los modernillos barceloneses y, por extensión, de todo modernillo de gran urbe que se cree lo puto más cuando lo más probable es que lleve tiempo muy pero que muy retrasado en la supervivencia evolutiva darwiniana que debería llevarnos hacia la vida adulta. La visión de Crehuet surge del cariño, pero no muestra ningún tipo de piedad a la hora de despedazar a unos personajes más que entrañables en pos de la carcajada del espectador. Él mismo lo afirma: «Nuestros protagonistas siguen cerrados en esta sala de conciertos que es el Estraperlo; atrapados, en el fondo, en el mundo de la noche y las apariencias. Y el hecho de seguir sin ver la luz, de darse cuenta de que no salen de esta sensación, hace que su necesidad de cambio sea cada vez más imperiosa: buscan con más urgencia que antes librarse de los malos hábitos, situarse, ya sea a nivel profesional o sentimental. Buscan, como siempre, evolucionar… Pero aumenta su mala leche. Los personajes están cada vez más cansados de su situación y eso se nota porque pierden los remilgos, van más «a saco» con tal de conseguir lo que quieren«.
La segunda temporada de «Pop Ràpid» puede verse en TV3 todos los miércoles a las 23:30h… Y, si todavía no la has empezado, no te preocupes, que por ahora sólo llevan un capítulo emitido. Nunca es tarde para engancharse a esta serie de la que, en su momento, dijimos que nos fascinaba por la melancolía triste que escondía cada risa que te arrancaba. Ahora, además, nos va a fascinar la oscuridad que habrá detrás de cada nuevo giro del guión de Crehuet.