Al mencionar el p-funk, lo primero que viene a la cabeza es DFA… ¿Alguna vez se os ha pasado por la cabeza el sueño de que os fichen? Estamos realmente contentos con nuestro sello, HFN. Creo que tenemos una conexión realmente buena y que ellos confían en todas las ideas raras que tenemos. Así que mejor no soñamos con otras discográficas…
Por otra parte, además del p-funk, siempre he encontrado en vuestra música referencias directas al pop-rock moderniqui que viene de Gran Bretaña. ¿Ser de un país como Dinamarca hace posible ver desde fuera escenas como la británica o la americana para crear a partir de ellas un nuevo sonido? Es imposible que no te influya absolutamente todo lo que experimentas, todo lo que escuchas, todo lo que hueles, todo lo que tocas, todo lo que ves. En ese sentido, es difícil llegar a hacer nunca algo original y, sin embargo, por el contrario, todo es original siempre de alguna forma u otra.
¿Cuáles fueron los referentes que teníais en la cabeza durante la composición de vuestro debut? Estábamos escuchando muchísimo el «Screamadelica» de Primal Scream mientras grabábamos nuestro primer disco. Pero, más que cualquier referencia musical, la vida de cada día siempre ha sido nuestra mayor influencia.
¿Hay alguna referencia que siempre tenéis en mente y que, sin embargo, nadie ha conseguido detectar todavía en vuestra música? Mi vida sexual, mis depresiones, mi euforia… ¿y puede que Primal Scream?
Vuestro debut ya tiene casi un año de antigüedad… ¿Cómo creéis que está creciendo con el paso de los meses? Hemos tocado nuestro disco en más de ciento cincuenta conciertos, y la verdad es que se va haciendo mayor a la misma vez que nosotros. Hay canciones que amaba en un principio, que después empecé a odiar y que ahora, de repente, vuelvo a amar.
El lanzamiento de vuestro debut se vio seguido por un álbum de remezclas. ¿No os daba miedo que vuestro sonido, todavía demasiado nuevo, pudiera ser malinterpretado en otras manos? Este primer disco ha sido todo un ejercicio de dejarse ir en lo que a control se refiere, y tanto el álbum de remezclas como el proyecto de vídeos fue parte de ello: que todo un conjunto de diferentes directores interpretaran nuestra música visualmente y que otro grupo de artistas las remezclaran. Ha llegado a ser un gigantesco y esquizofrénico retrato de nosotros.
Al principio de la entrevista decía que la gente suele hablar de vuestro directo como algo muy único. ¿Qué crees que convierte a los conciertos de Reptile Youth en algo tan especial? Que son a la vez una fiesta y una guerra.
Entonces, ¿qué podemos esperar de vuestro directo en el próximo Santander Music Fest 2013? Podéis esperar que sea una fiesta y una guerra a la vez. Intentamos que cada concierto sea diferente. Las cosas que se planean y se ensayan demasiado tienden a ser aburridas. La experimentación es el núcleo de la existencia.
Y, para acabar, ¿qué es lo siguiente en la carrera de Reptile Youth? La verdad es que no lo sé… Esa es la magia de estar vivo y de tocar en una banda. Todo lo que sé es que vamos a dar muchos más conciertos y que en breve empezaremos a grabar nuestro segundo disco.